Creo que lo único que no comparto sentipensantemente de esta canción es lo de "endurecer la piel", aunque a veces comprendo que vendría bien... pero por ahora sigo eligiendo andar (hiper)sensibilizada, con sus costos, con sus maravillas... igual muy segura no estoy.
Grabada ese día en que estábamos en la Plaza de Mayo, cantando, llorando, ahí con el Negro Fontova, con las madres, con tantos compañer@s de la vida, me parece que esta canción nos ayuda a pelearle a todas las formas de la muerte.
"La creación"
La mujer y el hombre soñaban que Dios los estaba soñando.
Dios los soñaba mientras cantaba y agitaba sus maracas, envuelto en humo de tabaco, y se sentía felíz y también estremecido por la duda y el misterio.
Los indios marikitare saben que si Dios sueña con comida, fructifica y da de comer. Si Dios sueña con la vida, nace y da nacimiento.
La mujer y el hombre soñaban que en el sueño de Dios aparecía un gran huevo brillante. Dentro del huevo, ellos cantaban y bailaban y armaban mucho alboroto, porque estaban locos de ganas de nacer. Soñaban que en el sueño de Dios la alegría era más fuerte que la duda y el misterio; y Dios, soñando, los creaba, y cantando decía:
- Rompo este huevo y nace la mujer y nace el hombre. Y juntos vivirán y morirán. Pero nacerán nuevamente. Nacerán y volverán a morir y otra vez nacerán. Y nunca dejarán de nacer, porque la muerte es mentira.
Eduardo Galeano. Memoria del fuego. Siglo XXI editores. México. 1996.
1 comentario:
parece que lo percibí en mi respuesta a tu ¿No es cierto? en "Disputas por señas...
Es todo un desafío personalizarse publicando el elegir continuar... sin los logros psi de "chalecos químicos" y/o "palabra adaptativa funcional".
Es sano no estar (ni sentirse) seguro, porque ese refugio es transitorio y peligroso signo de fragilidad...aún ignorada.
Tu actitud de lucha por re-construir(nos) en grupo transformador, recrea el recurso colectivo para superar el obstáculo, procesar(nos) contenidos en ese ánimo colectivo del estar siendo, en el oxigenante continuar comunitario.
Un abrazo solidario,
Ricardo.
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