domingo, 4 de mayo de 2008

Sobre cómo empezar y para dónde ir


Para iniciar este espacio de diálogo con ustedes voy a elegir dos "padrinazgos": el de Paulo Freire y el de Eduardo Galeano.


El siguiente fragmento de Pedagogía de la Esperanza -libro en el que Freire reformula y enriquece su Pedagogía del Oprimido que ya cumplía veinte años- me ha servido germinalmente en innumerables encuentros con adolescentes y con colegas en diversas instancias de trabajo grupal. Sobre todo en el momento inicial de encuentro.


Recorriendo los más recónditos lugares de la América latina, Paulo Freire visitaba muchos de los centros de alfabetización que trabajaban con su propuesta de educación popular.

Un día llegó a uno en el medio de la selva, los campesinos que formaban parte del grupo no conocían personalmente a Freire y él había empezado a dialogar con ellos sin que supieran quién era. Ante la advertencia que hace alguien que sí lo conocía de que se trataba del "doctor", los campesinos se llamaron a silencio para escuchar sus sabias palabras.

“Muy bien –dije en respuesta a la intervención del campesino-, acepto que yo sé y ustedes no saben. De cualquier manera, quisiera proponerles un juego que, para que funcione bien, exige de nosotros lealtad absoluta. Voy a dividir el pizarrón en dos partes, y en ellas iré registrando, de mi lado y del lado de ustedes, los goles que meteremos, yo contra ustedes y ustedes contra mí. El juego consiste en que cada uno le pregunte algo al otro. Si el interrogado no sabe responder, es gol del que preguntó. Voy a empezar por hacerles una pregunta.” En este punto, precisamente porque había asumido el “momento” del grupo, el clima era más vivo que al empezar, antes del silencio.
Primera pregunta: -¿Qué significa la mayéutica socrática? Carcajada general, y yo registré mi primer gol.
-Ahora les toca a ustedes hacerme una pregunta a mí – dije. Hubo unos murmullos y uno de ellos lanzó la pregunta:
-¿Qué es la curva de nivel? No supe responder y registré uno a uno.
-¿Cuál es la importancia de Hegel en el pensamiento de Marx? Dos a uno.
-¿Para qué sirve el calado del suelo? Dos a dos.
-¿Qué es un verbo intransitivo? Tres a dos.
-¿Qué relación hay entre la curva de nivel y la erosión? Tres a tres.
-¿Qué significa epistemología? Cuatro a tres.
-¿Qué es el abono verde? Cuatro a cuatro. Y así sucesivamente hasta que llegamos a diez a diez.
Al despedirme de ellos hice una sugerencia: “Piensen en lo que ocurrió aquí esta tarde. Ustedes empezaron discutiendo muy bien conmigo. En cierto momento se quedaron en silencio y dijeron que sólo yo podía hablar porque sólo yo sabía, y ustedes no. Hicimos un juego de saberes y empatamos diez a diez. Yo sabía diez cosas que ustedes no sabían y ustedes sabían diez cosas que yo no sabía. Piensen en eso.”
Paulo Freire. Pedagogía de la Esperanza. Siglo XXI editores. México. 1993



Y si esto suena utópico, para mí quiere decir que suena bien...


"VENTANA SOBRE LA UTOPIA
Ella está en el horizonte -dice Fernando Birri-. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré. ¿Para qué sirve la utopía? Para eso sirve: para caminar."
Eduardo Galeano. Las Palabras Andantes, Siglo XXI Editores, Madrid, 1995.



Los invito a que nos cuenten ¿Cómo les parece que se puede "arrancar" con un grupo? o también ¿Cómo no hay que arrancar JAMÁS?

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Buenísimo!, muy alentadora la elección de Paulo y Eduardo.

Un abrazo solidario,

Ricardo.
rfcaballero@gmail.com