Nota para participantes del blog: estoy viva! solo que más ocupada de lo habitual... y también muy felíz. Gracias a todos por seguir acá a pesar de que estuvimos más de un mes sin producir. Espero poder recuperar cierta frecuencia de trabajo acá en el blog, que se convirtió en un proyecto muy valioso para tanta gente. Les mando a todos un abrazo enorme y un GRACIAS por incentivar a que sigamos haciendo este espacio.
María Fernanda
¿Normalización???
por Ricardo Caballero
Pido disculpas por importunar con un pedido de solidaridad... porque también transito los inconvenientes del ser en esta ciudad virtualizada, mientras respondo al tiempo real del "día a día" para sobrevivir, y más aún en los diciembres, donde se suma la atención de rituales específicos desde lo familiar y/o lo laboral, que angostan objetivamente nuestros márgenes de tolerancia. Y además a esta altura, sentimos esa necesidad de ¡un descanso YA! con el afán de aliviarnos del "año encima" y con la expectativa -anualmente renovada- de encontrar algún descanso que nos restituya...a la "normalidad".
Pero esta valiente periodista, que espero haya sopesado los intereses corporativos que denuncia, publicó este estudio realizado "por profesionales de la Facultad de Ciencias Sociales de Montevideo"... y quizás algunas voces puedan incluirlo orgánica o inorgánicamente en su quehacer para sobreponerse y reflexionar sobre las cíclicas "Planificaciones de los Programas"... de normalización: ese sofisticado instrumento diseñado para intentar (durante tres, cinco, o más años académicos) el paulatino reemplazo de la transformadora rebeldía "adolescente" por criterios académicos "adultos", que en su cumplimiento garanticen un rol profesional exitoso, desde una currícula diseñada en épocas modernas que podían prometer a una mayoría diplomada "movilidad social"... individual.
Gracias Verónica, por revalorizar mis porqués para centrarme tempranamente en la autonomía de la autodidaxia... en un intento por sostener una libertad ética que permita accionar y reflexionar sin "ataduras colegiadas", y condicionando mis privilegios a la perspectiva de las víctimas, sin sentirme obligado a disciplinar manipulando desde la pulcritud blanca en-sayo de túnica/guardapolvo, abusando de la desmesurada "autoridad social" para instalar palabras y/o pastillas, anteponiendo al nombre dado por nuestros padres un..."Dr. o Lic."
Un abrazo solidario,
Ricardo.
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Viernes, 19 de Diciembre de 2008
Violencias
Disciplina en pastillas
Un estudio alarmante realizado en Uruguay por profesionales de la Facultad de Ciencias Sociales de Montevideo da cuenta de un mecanismo de uso masivo en las escuelas más pobres: medicar a los niños y niñas más inquietos para “bajarles las revoluciones”, aun cuando no medie un diagnóstico previo. La importación de metilfenidato, la droga que se utiliza para esta forma violenta de normalización, se ha disparado en Uruguay hasta umbrales impensados. Y cuando ya no se la consigue en farmacias, se recomienda su reemplazo por otra droga indicada para el mal de Parkinson.
Por Veronica Gago
Hay una nueva generación. Está compuesta por quienes pronto serán conocidos como los hijos de Rita Lina. Son niños y niñas entre cinco y quince años que –ya desde la edad del jardín de infantes– son medicados masivamente con drogas catalogadas como “reguladores de carácter”. Viven en los barrios pobres de Uruguay y concurren a escuelas y hospitales públicos. Su forma de ser dispersa, su atención fluctuante y la permanente intermitencia que experimentan entre aburrimiento y curiosidad son conductas crecientemente patologizadas por un conjunto de instituciones, incluso de manera previa a que exista un diagnóstico del famoso ADD (Desorden de Atención Discontinua), y combatidas compulsivamente con metilfenidato, una droga conocida comercialmente como Ritalina.
Se trata de una población que asiste a las “escuelas de contexto socio-cultural crítico” –según la denominación oficial– y sobre la que se practican nuevas formas de normalización social y de anestesiamiento sensible. Esta es una de las conclusiones de un informe que acaba de publicarse tras una investigación realizada a nivel nacional durante los años 2005-2006 por un grupo de ocho mujeres del Grupo de Estudio sobre Discapacidad (Gedis), coordinado por María Noel Míguez, del Departamento de Trabajo Social de la Facultad de Ciencias Sociales de Montevideo. Sus resultados son un análisis contundente que no pueden dejar de leerse en una coyuntura en la que el presidente Tabaré Vázquez se llena la boca con frases de “defensa de los más débiles” a la hora de vetar la despenalización del aborto.
¿Qué tipo de “regulación” del carácter y de las conductas se quiere hacer sobre estos niños/as?
–El tema de la “regulación” pasa por una concreción tan sencilla como la de aquietar los cuerpos que distorsionan lo hegemónico, bajo el discurso de protección de los derechos de “los que no molestan”. Así, niños y niñas que resultan un poco más inquietos que los demás son regulados desde el mundo adulto por la imposición de una droga que los “saque de combate”, que “les baje las revoluciones”, que los deje tranquilos y “no molesten en clase” (sic: entrevistas a maestras de las escuelas seleccionadas para la investigación).
Es la regulación sobre una población ya estigmatizada, sobre la que se redobla la marginación...
–Esta población, así catalogada, son los niños y niñas que por lo general están en situación de calle, con parámetros de pautas, valores y formas de ser, estar y pensar en este mundo que no suelen condecir con lo “socialmente esperable”, menos aún desde la institución educativa que les exige quedarse quietos cuatro horas en aula y además aprendiendo. Y en este contexto, regular las conductas de quienes ya se preconciben como “no productivos a futuro” en la lógica de mercado de nuestras sociedades capitalistas modernas, ubica al par educando-médico en una posición de saber/poder donde las instituciones –salvo la familia, por lo general, en esta lógica– cobran una vitalidad novedosa.
Y parece tener también una afinidad precisa con los discursos sobre la (in)seguridad.
–Medicar conductas “socialmente inapropiadas” con un psicofármaco específico para una patología concreta distorsiona el problema de fondo y las centralidades se remiten a lo manifiesto. Está claro que lo que vemos es que se corta por el lado más débil: el mundo infantil de “contexto socio-cultural crítico” es una apología de los discursos sobre seguridad ciudadana de futuros vándalos a ser controlados casi desde que nacen. Por esto, no se trata de una posición contra el diagnóstico del ADD y su medicación en consecuencia; sino justamente de lo opuesto: se medica sin diagnóstico, que es lo que sucede en la generalidad. Esta población, en lugar de pasar por procesos diagnósticos a través de psiquiatras infantiles o neuropediatras, está llegando con sus familias a los centros de salud periféricos, donde los médicos de medicina general y pediatras están desbordados y con bajos recursos y pareciera que la solución posible no fuera otra. La máquina del dispositivo está en su mayor auge: maestras/os con aulas masificadas y niños/as sumamente inquietos, que les exigen a las familias –poco informadas al respecto en la mayoría de las veces– que “si no entra medicado/a ni lo/a traigan”, derivados a policlínicas con médicos que no atienden tales especificidades (para eso hay que llegar al hospital y no resulta tan sencillo, por diversas razones) pero que sí tienen la potestad de recetar tales drogas en un contexto también de masificación y pauperización. Ante tal embrollo y sin recursos, lo más fácil es depositar las culpas en las familias y concretamente en esos niños/as y darle la pastillita mágica.
¿Qué significa que esta “normalización” con drogas baratas recae especialmente sobre los sectores populares?
–Refuerza las líneas demarcatorias de la alteridad para normalizar al diferente en la lógica hegemónica. Entonces, quien se salga de causa exige su inmediata (re)ubicación, ya sea consciente o inconsciente, explícita o implícita, aceptada o coaccionada. Normalizar al diferente es parte de la lógica de la modernidad, donde la diversidad tiende a ser concebida como riesgo, donde lo distinto puede poner en jaque el orden establecido. Medicar al diferente, aunque por momentos sean una mayoría en número, implica mantener el orden a cualquier precio. Pareciera que las consecuencias a futuro no implican el menor reparo en la medida que se “solucione” el presente, característica imperante de estos tiempos.
¿Cuál es la reacción de las familias ante el pedido institucional de medicalización o son ellas mismas las que piden medicalización?
–Por lo general, en la población mencionada, se les exige desde las instituciones educativas que el niño/a vaya medicado a la escuela, y si no que ni lo lleven. Esto es real y se da de manera literal, más allá que se quiera tapar el sol con un dedo. Lo cual genera un dispositivo muy complejo, por no decir perverso, donde las familias quedan reducidas a un accionar en respuestas a lo exigido desde el “saber”, a la vez que hay otras jerarquizaciones que se hacen que no tienen por qué pasar por lo netamente educativo, esto es: si no asisten sus niños/as a la escuela no perciben los beneficios sociales destinados a éstas. Y parte del “pedido” se les hace a través de esa negociación: que venga medicados/as para que no molesten a los demás y así se les sigue haciendo el certificado de concurrencia a la escuela –más allá de que el niño o la niña no aprenda, pero a estas alturas, ¡este ya resulta un problema menor!– y las familias pueden seguir cobrando la asignación familiar. Son muy pocas, contadas con los dedos te diré, las familias de esta población que consultan por su propia iniciativa. Por algo, además, el psicofármaco es dado a estos niños/as para que concurran a la escuela y no más que para eso, ya que fines de semana y en vacaciones no lo consumen en su generalidad. Las familias así quedan involucradas en este dispositivo, a mi modo de ver, junto con el lado más débil, sus hijos e hijas, que ya con 3 y 4 años y fundamentalmente desde primero de escuela comienzan a ser medicados con estos reguladores del carácter.
¿Cuáles son los efectos a futuro de esta droga?
–El futuro de estos niños/as en el mediano plazo resulta bastante incierto; pero luego seguro escucharemos decir desde el discurso hegemónico: “¡qué horrible, cuánta droga corre entre los adolescentes!”. Y ¿cómo no va a correr si son cuerpos que desde casi su nacimiento están siendo condicionados por los psicofármacos?
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domingo, 21 de diciembre de 2008
¿Normalización?
viernes, 14 de noviembre de 2008
sábado, 8 de noviembre de 2008
Triunfo y derrota de la comunicación
por Héctor Schmucler
¿De qué depende, entonces, el estado de mi alma?
¿De dónde provienen estos sentimientos confusos,
tumultuosos, a través de los cuales
ya no me reconozco?
Maine de Biran (1794)
Reducido al campo de la comunicación masiva, en el que se reconoce el conjunto de medios impresos, sonoros y audiovisuales utilizados para la difusión colectiva de cualquier tipo de mensaje, el concepto no adquiere más precisión: es notoria la inhabilidad e inespecificidad de las teorías que intentan acercarse a la significación de los medios.
Sin mayores argumentos teóricos que den cuenta de la supresión, se ha ido borrando la marca “masivo”. Un genérico “medios de comunicación”, que a veces agrega el redundante (y en ocasiones presuntuoso) calificativo de “social”, diluye cualquier compromiso interpretativo. Lo masivo, al margen de los valores que se le otorgue, establece una precisión sobre la manera de interpelar a un número plural de personas. El asunto no es menor cuando la comunicación mediática expande incesantemente su presencia y, a la vez, crece la incertidumbre sobre los
criterios para establecer en qué sentidos esa presencia influye en la conformación de la vida de los seres humanos. En lo que sigue procuro destacar algunas perplejidades -¿incomodidades del alma?- derivadas de observar cómo se han orientado muchas de las reflexiones sobre comunicación, las tangibles dificultades que surgen de un lenguaje que se erosiona en su capacidad de nombrar, las trampas que el discurso dominante ha sembrado y la facilidad (¿complacencia?) con que cayeron en ella antiguos expertos en detectar esas trampas. El rápido hundimiento de referencias axiológicas y éticas -sin las cuales pensar la comunicación es una aporía- participa de un movimiento en el que las ideologías fueron vueltas irrisorias.
Para estudiar los medios, se dijo, es preciso salir de su inmanencia y colocarlos en la ancha perspectiva de la cultura. La hipótesis no sólo era atractiva sino que era defendible por muchas razones. Aunque no tan novedosa como lo pretendieron algunos de sus más destacados defensores, permitió superar simplismos anteriores que establecían relaciones causales inmediatas de difícil comprobación. Este enfoque “desde la cultura” mostró, sobre todo, la contradictoria realidad socio-psicológica sobre la que se articuló la existencia de los medios y la diversidad de problemas que su presencia generaba. Dicho como aforismo se empezó a repetir que la relación medios-sociedad-cultura era compleja. Complejidad se volvió un término descriptivo opuesto a pretensiones explicativas universales, ingenuamente causales, vinculadas a matrices históricas, sociales o económicas. La luz aportada por esta forma de iluminar el problema de lo mediático, pronto reconoció sombras casi impenetrables. Cuando a todo se le asignó el rasgo de complejidad (y una generosa bibliografía dio cuenta de esta mirada) el concepto debilitó su capacidad heurística. El relativismo culturalista trastabilló más de una vez arrastrado por la insustancialidad en la que se fueron deslizando los “estudios culturales” con los que se reconoce emparentado. Los notables y tal vez definitivos aportes de la escuela nacida en Birmingham, sólidamente arraigados en una tradición marxista y que reinvindicaban su actitud crítica frente a la sociedad capitalista, se reprodujeron en versiones desleídas. El suave ritmo de lo “políticamente correcto” acompasó la aceptación del mercado como clave interpretativa, no siempre explícita, de nuevos razonamientos. Los oídos dejaron de tolerar las estridencias de la crítica.
Una especie de oportunismo teórico se expandió por América Latina, región donde fuertes experiencias políticas habían marcado la orientación de estudios y prácticas de comunicación. Oleadas terminológicas, impuestas por modas bibliográficas, podrían reconocerse en las sucesivas etapas que marcaron tendencias dominantes en los círculos académicos. Tal vez nos encontremos en un momento oportuno para reflexionar, con todo el riesgo que esto significa, sobre cuánto hay de específicamente latinoamericano en las aproximaciones conceptuales que se consagraron como propias de la Región en el saber sobre comunicación y cultura. Las ideas, entre nosotros, han sido casi siempre ideas recibidas. Nuestra condición europea sólo ha sido modificada recientemente por la norteamericanización que, en forma de globalización, se ha extendido por el mundo. Para quedarnos en la zona acotada de la comunicación y la cultura, si se lee con cuidado, la mayor parte de los trabajos de autores latinoamericanos son espacio de diálogos entre pensadores extranjeros. Y el hecho, así expresado, nada tiene de humillante.
Las teorías de la recepción, en su momento de expansión, constituyen un buen ejemplo de lo que venimos diciendo: por mimetismo al discurso ocasionalmente consagrado (o por desconocimiento) algunos estudiosos se vieron imposibilitados de reconocer un pensamiento con larga historia intelectual y con particular raigambre en América Latina. A su vez, permitió reforzar ciertas tendencias de un “populismo” aristocrático que suele ofrecerse con el rostro de compungido antiintelectualismo. El argumento de que los sectores populares se autonomizan en la recepción de los mensajes mediáticos y los utilizan según sus propias pautas, al margen de la intencionalidad de los emisores, tiende a reubicar la importancia que algunos asignan al sistema de la industria de la cultura. La postulación de que los receptores “usan” los medios, llevó a invertir el interrogante clásico sobre los efectos. No eran los medios los que actuaban sino los receptores: “¿Qué hace la gente con los medios?” se constituyó en la pregunta ordenadora de centenares de estudios y especulaciones. Soberanía del receptor paralela a la que el mercado ofrecía para sus nuevos mecanismos de expansión: “Todo el poder al cliente” es el título paródico de un clásico en los estudios de marketing. No hay engaño en la afirmación sino inversión del orden de las cosas.
Para que el receptor haga algo con el producto de los medios, antes se había estatuido como receptor por la acción de los medios. El razonamiento puede resultar simple, tanto como aceptar que no hay un cliente previo a la relación mercantil. Pero en la obturación de situaciones tan evidentes se instala cualquier proceso ideológico. Si pudiera establecerse una relación lógica, deberíamos reconocer que el receptor es producto de los medios, como el cliente lo es del sistema mercantil. Lo que puede cuestionarse es esa realidad, lo que es, y no lo que no es. La cosificación del mundo, que el capitalismo lleva a sus límites, pasa por esta confusión y por la aceptación de lo construido como si fuera dado naturalmente.
Lejos de la vieja tradición populista, inspirada en la vigorosa idea de que el pueblo es el depositario exclusivo de valores positivos, específicos y permanentes, se podría describir un nuevo populismo que, al postular la existencia de una horizontalidad interpretativa, diluye las relaciones de poder. Los nuevos populistas constituyen, en realidad, la capa de “intelectuales orgánicos” del sistema hegemónico. La remembranza gramsciana no es antojadiza. El mercado ha dejado de ser sólo un engranaje necesario para el funcionamiento de un modo de producción, para transformarse en principio metafísico que otorga fundamento a todo el orden existente. La mano invisible de Adam Smith, desde su lugar de trascendencia, ejerce su poder armonizante en una magnitud jamás sospechada por el pensador economista: todo, incluso las conductas de los hombres, puede concebirse como mercancía. Nada indicaría mejor la fuerza hegemónica del capitalismo que el hecho proclamado por el título del libro antes mencionado: todo el poder está en los clientes. “Cliente” es una categoría más sólida que propietario en el andamiaje mercantil contemporáneo. En la mitología marxista el momento de la consigna: “Todo el poder a los soviets”, pretendía ser el acto inaugural de la negación de un mundo; el receptor mediático, imaginado hacedor de aquello que lo ha hecho, consagra el mito de la ficcionalización: creer que la realidad es ficción y, por lo tanto, imaginar que la realidad es otra cosa.
Hacia la mitad del siglo XX, la Teoría General de Sistemas, la Teoría de la Información y la Cibernética –que ponían en la superficie largas investigaciones previas- consagraron un pensamiento que presidiría en adelante casi toda indagación en las llamadas ciencias naturales y sociales. Desde allí la información pasó a ser clave explicativa de cualquier forma de existencia, incluido el pensamiento humano. El orden sistémico se materializó en la informática y ya nada dejó de tener su huella. En la misma época en que Claude Shannon escribía su Cibernética en Estados Unidos, dos exiliados escribían, también allí, Dialéctica del Iluminismo. Es probable que Shannon y los alemanes Theodor Adorno y Max Horkheimer no supieran que sus ideas serían paradigmáticas en el mundo contemporáneo: la cibernética está en el centro de su construcción; el pensamiento proveniente de la “Escuela de Frankfurt”, en el de su crítica. La “industria cultural” acompañó el empobrecimiento humano de nuestro siglo. El manejo de la información, la capacidad de una máquina de utilizar los resultados de su propio funcionamiento a modo de información para regularse a sí misma, se constituyó en marco teórico de infinidad de proyectos y en realidad cotidiana a la que, de hecho, ya no escapa ningún habitante del planeta. Los hombres y las máquinas comenzaron a ser entendidas de la misma manera. Las cosas fueron más allá de lo que Wiener sospechara: “Mi tesis –había escrito- es que el funcionamiento físico del individuo viviente y el manejo de algunas de las nuevas máquinas de comunicación son exactamente paralelos por sus intentos análogos de controlar la entropía por medio del feedback”. Si el autor de The Human Use of Human Beings quería limitar su comparación al “funcionamiento físico”, nada impidió que la totalidad del habitar humano sobre la tierra fuera entendido a la manera de un intercambio de información. Información y comunicación intercambiaron significantes y se agruparon en una confusa amalgama. La comunicación considerada en sí misma como información, es un punto de inflexión en las vertientes sistémicas desarrolladas sin pausa por Niklas Luhmann: “Cada comunicación debe comunicar, al mismo tiempo, que ella misma es una comunicación y debe hacer énfasis en quién ha comunicado y qué ha comunicado, para que la comunicación que se empalme pueda ser determinada y pueda continuar la autopoiesis” (Introducción a la teoría de sistemas). El sistema prescinde de significaciones que escapen a él mismo. El ser humano, entendido como sistema, reniega, al menos, de ciertos valores que hasta ahora se consideraron inabarcables por los modelos informáticos. La experiencia biográfica de Luhmann (en 1945, a los 17 años, era soldado del derrotado ejército alemán) tal vez haya influido en la percepción de las cosas y en su explícita voluntad de no mezclar abstracciones éticas con el rigor científico: “Antes de que terminara la guerra –relata- se veía con esperanza que en cuanto se suprimiera el aparato coercitivo de los nacional socialistas todo volvería por sí mismo al orden.
Desde la industria cultural o desde el puro sistema, la comunicación se aleja de cualquier raíz antropológica. La comunicación no sólo ofrece el mundo como espectáculo: se ofrece a ella misma como mundo y espectáculo. Tautología repetida que se confunde con la técnica: el manejo de la información se vuelve la más preciada información. Información de la información en capas sucesivas que se recubren. La comunicación proclama que la novedad es el sustento de
cualquier información valiosa y se enuncia a sí misma como la novedad por antonomasia, como lo permanentemente nuevo. Es inencontrable algo que con más orgullo ostente su segura obsolescencia. En el escenario que monta, la comunicación adquiere la forma del planeta entero y la escena somos todos. Es el futuro que se anticipa fragmentariamente y nos coloca en la espera de observarnos cómo somos en ese futuro. El borramiento del presente electriza. El marasmo incluye a algunos estudiosos que creen hablar de comunicación y se limitan a enumerar tecnologías, sus promesas y, a veces, sus amenazas.
mejor que nos puede ocurrir es instruirnos sobre qué podemos hacer con ella.
Hay un manual de uso, que debemos aprender, habilitante para entrar a los nuevos tiempos tecnológicos. La confusión entre saber y mera acumulación de datos penetra hasta los intersticios del espacio universitario. Circulan libros cuya “seriedad” consiste en doblegar al lector con anuncios tecnológicos abismales.
Sólo ayudan a la mistificación. El lenguaje de la información técnica se contagia del permanente tono anticipatorio que se ha impuesto entre los investigadores, sujetos también al marketing de su propio prestigio. La técnica aparece predictiva, autovalorativa.
simplemente duplicarla. Corresponde más al campo de la ontología que al de la técnica, porque tampoco desde la técnica se puede reflexionar sobre ella. ¿Qué puede seguirse después de ciertas informaciones proporcionadas por la prensa?
millones de dólares en los próximos cinco años y cuyo objetivo, según la revista Scientific American (agosto 1999) es “volver la informática tan accesible como el aire que respiramos”. La comparación ilustra lo que ya es un pensamiento ampliamente difundido: los seres humanos habitamos en la tecnología. La opción, decíamos más arriba, es de orden ontológico. El director del programa de informática del MIT, seguramente se instalaba en ese espacio cuando, al presentar el proyecto “Oxígeno”, escribe: “Las tres primeras revoluciones socioeconómicas estuvieron fundadas en objetos: el arado para la agricultura, el motor para la industria y la computadora para la información. Tal vez haya llegado el momento para una cuarta revolución, dirigida ya no hacia objetos sino hacia la comprensión del más precioso recurso existente en la tierra: nosotros mismos”. Estamos en el límite en el cual el pensar la comunicación como puramente instrumental puede resultar suicida si se acepta la hipótesis de que el ser humano es algo semejante a una máquina. Si, por el contrario, se acepta la posibilidad de ser algo más, es otro saber sobre la comunicación posible. Hay que reconocer que una hipótesis en este segundo sentido, no es fácilmente demostrable y que vivimos una época en que todo parece converger a afirmar la contraria. ¿Cómo escapar a la idea de “hombre-máquina” sin incorporar alguna intuición sobre algo trascendente que le ofrezca algún sentido? Pero, ¿porqué pensarlo? ¿Porqué nos resulta insatisfactorio considerar que esos momentos conformadores de lo humano, como el amor, la certidumbre de la muerte o el reconocimiento del otro, actos esenciales de comunicación, puedan ser descriptos como un intercambio de información?
miércoles, 5 de noviembre de 2008
¿Tecnología para qué?
Educación y Producción Audiovisual - Subsecretaría de Equidad y Calidad Educativa - Ministerio de Educación de la Nación
domingo, 2 de noviembre de 2008
Jóvenes
terra viva (IPS), jueves, 30 de octubre de 2008
COLOMBIA:Estalla la bomba de las ejecuciones extrajudiciales
Por Constanza Vieira
http://www.ipsterraviva.net/LA/currentNew.aspx?new=1415
BOGOTÁ (IPS) La destitución de 20 oficiales y siete suboficiales del ejército, por ejecuciones extrajudiciales presentadas como bajas en combate, "es un triunfo de las organizaciones de derechos humanos, un triunfo de la sociedad colombiana", dijo Reynaldo Villalba, del Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo.
Villalba llamó a la Fiscalía General de la Nación a hacer "un gran trabajo", "no solamente con los destituidos sino especialmente con los no destituidos, los que permanecen ocultos y son responsables de estas políticas".
Los tres generales, 11 coroneles, cuatro mayores, un capitán, un teniente, seis sargentos y un cabo destituidos tenían jurisdicción en los departamentos de Santander (nororiente), Norte de Santander y Arauca, ambos fronterizos con Venezuela, y en Antioquia, en el noroccidente.
Las divisiones Segunda y Séptima quedaron acéfalas con la salida de sus respectivos comandantes, los generales José Joaquín Cortés (Santander, Norte de Santander y Arauca) y Roberto Pico (Antioquia).
El otro general destituido es Paulino Coronado, comandante de la Brigada 30, en cuya jurisdicción, provincia de Ocaña, región del Catatumbo, Norte de Santander, se abrió la caja de Pandora de las ejecuciones extrajudiciales en este país que vive en guerra interna desde 1964.
La medida fue anunciada el 29 de octubre en mitad de la visita de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la sudafricana Navi Pillay, ex jueza de la Corte Penal Internacional y del Tribunal Penal Internacional para Rwanda.
Pillay reiteró la recomendación del informe anual de su oficina, emitido en 2007: que el gobierno y los comandantes de las Fuerzas Armadas erradiquen las ejecuciones extrajudiciales y prevengan, sancionen y hagan públicos los casos.
Asimismo, Pillay subrayó "la importancia de que estos hechos sean investigados por la justicia ordinaria" e instó al fiscal general Mario Iguarán "a fortalecer la Unidad de Derechos Humanos" para esclarecer todas las denuncias.
En la tarde terminó la visita del director para América Latina de la Dirección de Relaciones Exteriores de la Comisión Europea, Stefano Sannino, quien el martes afirmó que "hay un avance muy importante, muy positivo y una atención muy importante del gobierno colombiano en el tema de derechos humanos".
El 23 de septiembre estalló la noticia: la morgue de Ocaña estaba repleta, pues el contrato con la parroquia católica local había vencido y no había dónde enterrar tantos muertos.
Al menos 23 de los cuerpos eran de jóvenes remitidos por autoridades militares como muertos en combate y entraron en distintas fechas a la morgue en los últimos cuatro meses.
Once de ellos desaparecieron de sus casas en la deprimida zona sur de Bogotá un día y medio o dos antes del 23. Pero entre Ocaña y Bogotá hay unos 700 kilómetros y el viaje por tierra demora día y medio. Si no fueron trasladados vía aérea, murieron casi inmediatamente al llegar a la remota región.
En Ocaña operan la Brigada Móvil Número 15 de Contraguerrilla, con dos coroneles destituidos, pero también el Batallón de Infantería Número 15 y el Batallón Plan Energético Vial.
El cuerpo de Joaquín Castro, obrero fundidor de 25 años, ya no estorbaba en el depósito de cadáveres. Desapareció el 13 de enero de su casa en Bogotá, dos días después entró a la morgue de Ocaña como muerto en combate, y el 20 de septiembre le avisaron de su muerte a la madre, Elvira Vásquez, quien le dio sepultura.
Las familias niegan que sus hijos hayan sido delincuentes, paramilitares de ultraderecha o guerrilleros izquierdistas, como afirmó el general Coronado. De los 11, el ejército reportó expresamente que ocho eran paramilitares y uno guerrillero.
El día que estalló el escándalo, la Defensoría del Pueblo (ombudsman) emitió incluso un comunicado que situaba los hechos como "reclutamiento forzoso de menores de edad", una práctica ajena al ejército, pero propia de los ejércitos irregulares.
Mientras, las autoridades se dedicaron a mostrar antecedentes judiciales de algunos de los muertos, incluyendo una demanda por alimentos.
La secretaria de Gobierno de Bogotá, Clara López, del izquierdista Polo Democrático Alternativo, desde el principio calificó los casos de "desaparición forzada con fines de homicidio", pero fue duramente atacada por el gobierno, que advirtió que se abstuviera de "prejuzgar".
El gobierno de Álvaro Uribe centra su principal bandera, la contrainsurgente política de Seguridad Democrática, en incrementar la imagen pública de las Fuerzas Armadas.
El 25 de julio, Uribe dijo que "la estrategia guerrillera" consistiría ahora en que "cada vez que se le da una baja a la guerrilla (sic), ahí mismo moviliza a sus corifeos en el país y en el extranjero para decir que fue una ejecución extrajudicial", en referencia indirecta a los defensores de derechos humanos.
Y el 9 de septiembre el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, reportó haber "descubierto" "una política deliberada de ciertas organizaciones" con relación a "las mal llamadas ejecuciones extrajudiciales".
Esta política, según el ministro, consistiría en "simplemente inflar las cifras" progresivamente, "para deslegitimar la fuerza pública" mediante acusaciones que son luego "muy difíciles de desvirtuar políticamente".
"Es muy curioso que cuando hay un combate con guerrilla de civil, inmediatamente comienzan las denuncias sobre ejecuciones extrajudiciales", dijo Santos el 29 de septiembre a la emisora W Radio.
Desde septiembre de 2007, la cartera de Defensa orienta a las tropas en que "mejor un desmovilizado que un capturado, mejor un capturado que un muerto", según Santos.
Pero el propio Uribe ha dictado incontables veces a sus tropas la orden de "exterminar" a la guerrilla, incluso este año.
Y ante reiteradas acusaciones de que la fuerza pública sigue actuando en connivencia con milicias ilegales conocidas como Águilas Negras y otras estructuras paramilitares que no se desmovilizaron tras pactos con el gobierno, Uribe también ordenó "resultados".
Las cifras de bajas, efectivamente, fueron aumentando.
El 8 de octubre, el senador izquierdista Gustavo Petro aseveró que serían 130 los muchachos asesinados para que el ejército los presentara como bajas en combate en distintos puntos del país.
La Oficina en Colombia de la Alta Comisionada emitió el 26 de septiembre un duro comunicado contra la práctica de las ejecuciones
La Oficina describió un "patrón" común: "las víctimas reciben promesas de trabajo, aparentemente legales o incluso ilegales, para trasladarse a municipios y departamentos distintos de sus lugares de residencia", y terminan en un día o dos como éxito militar.
Existe participación de "verdaderas redes criminales, encargadas de engañar y conducir a las personas hasta el lugar donde se les da muerte", alertó la Oficina.
El anuncio de la destitución de los militares se dio hora y media antes de la presentación en Bogotá de cuatro informes sobre ejecuciones extrajudiciales por parte de 209 organizaciones de derechos humanos nacionales y de una misión internacional de 13 profesionales de cuatro países europeos y Estados Unidos.
Uno de los informes reporta más de 55 casos de bajas en combate en la jurisdicción de la Brigada 15 en los últimos dos años, "que en realidad, de acuerdo a los testimonios de los familiares y vecinos, eran hombres laboriosos".
Esta Brigada "en los últimos tres años ha sido una verdadera máquina de muerte", según el jurista Alberto Yepes, coordinador del Observatorio de Derechos Humanos y Derecho Humanitario de la Coordinación Colombia-Europa-Estados Unidos (CCEEU), que presentó uno de los informes, pues "ha dejado una estela de muertos en la zona de su jurisdicción".
Gustavo Gallón, director de la Comisión Colombiana de Juristas, se preguntó "por qué no han reaccionado antes este gobierno y gobiernos anteriores", si esto "se ha denunciado por lo menos desde los años 70 del siglo XX".
"Son comportamientos que se repiten en todas las brigadas, en todas las divisiones, en todas las regiones del país, para hablar en términos civiles", agregó, y "obedecen a un patrón, a una forma de comportamiento" basada en la discriminación de personas humildes, de raza negra, indígenas, "y por supuesto de opositores", dijo Gallón a IPS.
Muchas víctimas provienen de sectores socialmente vulnerables, incluyendo indigentes y adictos a las drogas ajenos a redes sociales, "seguramente para actuar con mayor impunidad, creyendo que estas personas no serían reclamadas por nadie", según el abogado Villalba.
Entre enero de 2007 y junio de 2008 "una persona perdió la vida diariamente por ejecución extrajudicial" directamente atribuida a la fuerza pública, muestran las denuncias recibidas por la CCEEU, plataforma de derechos humanos que agrupa a 202 organizaciones.
Es "un aumento de casi el doble de los hechos" que la CCEEU registró entre el 1 de julio de 2002 y el 30 de junio de 2007, "y de casi el triple"
El abogado Yepes atribuye ese aumento a la intensificación de la guerra.
Hay una "militarización extrema de la vida civil, que ha incrementado notablemente la presencia de fuerza pública en todo el territorio nacional", sumada a "una presión muy fuerte de resultados sobre la tropa" que tiene que mostrar "control de las zonas a cualquier costo", dijo Yepes a IPS. A esto se agrega "una estructura perversa de incentivos y sanciones", como bonificaciones, ascensos, traslados y viajes al exterior, por resultados militares en el marco de la Seguridad Democrática, añadió.
"Hemos comprobado que brigadas altamente comprometidas en ejecuciones extrajudiciales reciben ayuda militar de Estados Unidos", y muchos de sus comandantes "han recibido también entrenamiento" de ese país, advirtió Yepes. Los condicionamientos de derechos humanos que el Poder Legislativo de Estados Unidos puso a la ayuda militar a Colombia, la tercera mayor que entrega ese país, después de Israel y Egipto, "no se están cumpliendo", dijo.
Si las autoridades de control hubieran actuado ante los primeros reportes, "nos hubiéramos ahorrado muchos muertos", aunque "no todo es negativo", matizó.
"Hay un aumento de la conciencia pública sobre la realidad dramática de las ejecuciones extrajudiciales", no sólo en la sociedad sino en las autoridades, que comienzan a entender que esta práctica es inaceptable internacionalmente, apuntó Yepes.
Pero también ha influido "una actividad valiente de las víctimas que han salido a dar la cara, a denunciar", "con un riesgo enorme para sus vidas", así como la labor del movimiento nacional e internacional de derechos humanos, incluyendo la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas, concluyó. (FIN)
Cine en Movimiento
TRAS EL CRIMEN DE SAN ISIDRO, SCIOLI PIDIO QUE LOS CHICOS SEAN IMPUTABLES A PARTIR DE LOS 12 AñOS
El gobernador dijo que la impulsará a través de sus legisladores nacionales. Expertos en infancia cuestionaron esa postura. El debate se reabrió a partir del asesinato de un ingeniero en San Isidro. Hay cuatro detenidos en el caso.
Por Carlos Rodríguez
La detención de cuatro personas, entre ellos dos jóvenes que estarían involucrados en el hecho que terminó con el asesinato del ingeniero Ricardo Barrenechea, en el partido de San Isidro (ver aparte), hizo que se renueve el debate sobre una posible baja en la edad de imputabilidad de los menores que no hayan cumplido los 18 años. La polémica se disparó a partir de declaraciones del gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, en el sentido de que debería renovarse la discusión sobre “la baja de la edad de imputabilidad de los menores” para fijarla “a partir de los 12, 13 o 14 años en los casos de delitos graves”. Como argumento, Scioli lamentó –en alusión al crimen del ingeniero Barrenechea– que “una vez más nos encontremos con menores vaciando un cargador de una pistola calibre 45”, en referencia al arma utilizada en el hecho. Aunque el propio Scioli admitió que no tenía una postura definida sobre el tema y que pensaba que con sólo bajar la edad de imputabilidad “no se llega a la solución”, dos expertos consultados por PáginaI12 expresaron ayer su preocupación por una medida que sería “inconstitucional porque vulnera acuerdos internacionales firmados por el país respecto de la ley penal aplicada a menores”.
Carlos Bigalli, ex asesor de menores de San Isidro y actual docente en la Universidad de Buenos Aires (UBA), dijo que lo primero que habría que saber es qué se entiende por “imputabilidad o inimputabilidad”, aunque señaló que “en los discursos del poder, lo que significa en la práctica es aplicar a los menores que no cumplieron los 18 años el régimen penal que se aplica a los adultos, lo que es inconstitucional porque vulnera lo que dice la Convención Internacional de los Derechos del Niño”, de la que el Estado argentino es garante. Laura Mussa, asesora de los tribunales de menores de la Capital Federal, criticó las “respuestas espasmódicas, tomadas sobre la emergencia, que ya han fracasado en épocas recientes, y que sólo sirven para que los chicos ingresen muy temprano al sistema penal que tenemos y que tampoco brinda respuestas serias al problema”.
Además de las declaraciones del gobernador bonaerense, lo ocurrido con Barrenechea provocó, en San Isidro, que el Concejo Deliberante aprobara ayer la declaración del estado de emergencia por seguridad de todo el partido. El intendente local, Gustavo Posse, aseguró que la medida “ya tiene adhesiones de representantes de otros municipios”. También expresó su satisfacción porque la Gendarmería, ayer por la tarde, volvió a ocupar sus puestos en la villa La Cava, en la localidad de Beccar, donde cumplía una labor de “prevención del delito”, que también fue cuestionada en su momento por organismos de derechos humanos y por los vecinos del lugar, que se sentían discriminados.
Scioli, acompañado por varios de sus ministros, brindó una conferencia de prensa, una vez que se confirmó que había dos chicos, menores de 18 años, entre los detenidos por su presunta participación en el asalto a la casa de la familia Barrenechea. “Hay que acelerar algunos debates, es un tema central el de los menores de 12, 13 o 14 años que participan en delitos graves. Hay países de la región que han encarado este tema”, dijo el gobernador, sin fijar una postura concreta sobre el tema. En su intervención, reconoció que en la provincia hay “400 mil menores sin trabajo ni estudio” a los que “hay que darles las herramientas” necesarias para impedir que caigan en la delincuencia.
Luego de expresar “dolor y bronca” por el asesinato de Barrenechea, Scioli le dio la palabra al ministro de Justicia bonaerense, Ricardo Casal, quien enumeró todos los cambios realizados por el actual gobierno para acelerar el accionar de los juzgados provinciales y luego señaló la necesidad de abrir la discusión sobre “la imputabilidad de los menores”. En ese sentido mencionó la existencia, en el Congreso de la Nación, de 14 proyectos referidos al tema. Aunque Casal no lo precisó, esas iniciativas apuntan a establecer la vigencia de un sistema penal para adolescentes que brinde a los chicos acusados de delitos graves la posibilidad de asumir su defensa y, en todo caso, recibir condenas que no serían tan duras como las que se aplican, para los mismos casos, a los mayores.
Scioli dio como ejemplos las leyes de otros países de la región, como Uruguay, Brasil y Paraguay que “tienen leyes que fijan la imputabilidad en delitos graves a partir de los 13 o 14 años”. Tampoco explicó que en algunos de los países mencionados y en otros de América latina, el sistema penal juvenil aplica penas que, en algunos casos, no superan los tres años de prisión, incluso en los delitos graves, por tratarse de menores.
Consultado por PáginaI12, el especialista en minoridad Carlos Bigalli consideró que la baja de la edad de los menores en materia penal “es una propuesta sencillamente inconstitucional porque la Convención sobre los Derechos del Niño proscribe toda alternativa que suponga aplicar el régimen para adultos a los que no han cumplido los 18 años”. Por otro lado, Bigalli sostuvo que, en los hechos, “en algunos ámbitos de la Argentina, en la realidad, ya existen personas que no deberían ser punibles por su edad y que, sin embargo, están entrampadas por un poder punitivo sin los límites ni las garantías del derecho penal”.
“Eso es lo que les pasa a personas menores de 16 años que están privadas de su libertad por aplicación de la ley de facto 22.278, que establece condiciones ‘especiales’ de punibilidad que son encubiertas bajo el ropaje de una guarda tutelar. La Corte Suprema de Justicia de la Nación tiene todavía que resolver un hábeas corpus colectivo interpuesto por la Fundación Sur en favor de personas no punibles que están privadas de la libertad en el país”, explicó Bigalli. “La Cámara Nacional de Casación ya hizo lugar al planteo y declaró inconstitucionales las normas que habilitan esa respuesta punitiva con cosmética tutelar, pero las personas no punibles siguen privadas de su libertad.”
Para Bigalli, desde el siglo XII, “todos los discursos del poder validan las políticas persecutorias de los que perdieron en el reparto de bienes. Los que perdieron en el reparto de bienes ganaron en el reparto de males. Esto pasa con los pobres y con los hijos de los pobres”. Laura Mussa, por su parte, dijo estar “muy preocupada y muy asustada” por las palabras del gobernador Scioli porque parece que “su única respuesta sería la de endurecer las leyes, como ha pasado ya otras veces en nuestra historia reciente con malos resultados para todos”, en alusión a la llamada doctrina Blumberg, surgida a partir del asesinato del joven Axel Blumberg y de la influencia que tuvo sobre los legisladores, su padre, Juan Carlos. “Estas respuestas son absolutamente incoherentes. El Estado debería responder con más educación y con puestos de trabajo. Scioli habló ayer del Estado responsable, pero como si él no fuera parte del Estado. Lo que esperamos es una respuesta seria en materia de política criminal y no parches que nacen de la emergencia.”
Argentina - Página 12
El debate pendiente sobre la situación penal de los chicos
Gustavo Palmieri *
“Un despropósito”
“Centrar la atención en la edad de imputabilidad de los menores como principal eje de las políticas de seguridad no tiene coherencia. Es no responder a un problema que tiene que ver con otros causales, principalmente con la falta de políticas preventivas y con la falta de investigación judicial sobre las redes de violencia que tienen como víctimas a esos chicos. Por otro lado, la modificación de la edad de imputabilidad no es decisión de la provincia sino algo que se debe determinar a nivel nacional. Y la realidad es que Argentina está muy lejos de pensar en solucionar la situación penal de sus chicos y jóvenes. Si bien se aprobó la Ley integral de protección y promoción de los derechos del niño, es necesaria una ley penal juvenil con la que se complemente y con la que pueda funcionar correctamente. Así, lo único que se logró fue un vacío penal generando una confusión entre los chicos con problemas asistenciales y los que tienen causas penales que no modificó en nada la situación judicial de los chicos. Hay varios proyectos de ley de responsabilidad penal juvenil en el Congreso nacional, pero están trabados, así que hasta que no se avance en el tema, hablar de bajar la edad de imputabilidad es un despropósito.”
* Abogado del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS).
sábado, 25 de octubre de 2008
Emilianos
En Buenos Aires (nos escribe Alejo García)
Desde este espacio queremos recordar a Emiliano, quien el pasado miércoles 8 de Octubre falleció víctima de un enfrentamiento en el Barrio del Bajo Flores, en la ciudad de Buenos Aires, con sólo 19 años. Emi fue Co-realizador del documental 'Los Nadies' y del corto 'Los de andar con pies descalzos'.
No queremos que su muerte quede en el olvido ni que se sume como un número más en la estadística de los chicos y chicas que mueren todos los días por causas evitables en nuestro querido país.
Lo vamos a extrañar muchisimo.
"Brotará de la sangre ternura;
inocencia y espejos
donde irán a correr travesuras
nuevos niños y viejos.
Servirá de señal cada huella
de las horas felices.
Se sabrá tanto de las estrellas
como de cicatrices"
CINE EN MOVIMIENTO
¿Recuerdan los jóvenes desaparecidos? No... no los de Engativa... Me refiero a los once de Soacha. Que también aparecieron muertos supuestamente en combate.
¿Recuerdan las negativas? ¿Los "nosotros no fuimos"? Bueno... es decir malo... muy MALO. Hoy tenemos otra noticia corta y directa... Implicados dos coroneles y un teniente coronel... ¿Otro hecho aislado? ¿Se comen el cuento? Aqui va (copiado literalmente):
Relevan de su cargo a 3 militares por la desaparición de 11 jóvenes en Bogotá
El comandante general de ejército Mario Montoya aseguró que los tres miembros del ejército pertenecen a la Brigada Móvil 15 y a la V División
Los sindicados son: el coronel Santiago Herrera, jefe de la Brigada Móvil, el coronel Rubén Castro, jefe de estado mayor y el teniente coronel Gabriel Ruiz, jefe de operaciones, todos vinculados con las desapariciones de Soacha.
Según el general Mario Montoya comandante del ejército, el relevo de sus cargos de los altos oficiales obedece a los serios indicios que los comprometen en la actual investigación.
Fuente:
Noticias Uno. Colombia.- http://www.noticiasuno.com/noticias/relevan-de-su-cargo-a-3-militares-por-la-desaparicin-de-11-jvenes-en-bogot.html Acceso en—Octubre 25 de 2008.--
Esta semana tuve el privilegio de trabajar con adolescentes de Ushuaia, Río Grande, Tolhuin y Buenos Aires y con sus docentes en el encuentro nacional "Escuela y multimedios" que organizó la escuela Sábato de Ushuaia.
sábado, 18 de octubre de 2008
Amores
Declaraciones de principios...
viernes, 17 de octubre de 2008
Futuros
Micros Derechos del Niño, la Niña y Adolescentes - Canal Encuentro
domingo, 12 de octubre de 2008
Al maestro Bayer
Osvaldo Bayer: ¡Cuántas cosas que se saben por VOS!
por Arbolito
EL CULTO POR LOS ASESINOS
(Por Osvaldo Bayer)
El culto de la Argentina oficial por los asesinos de rango es una constante. Al general Lavalle asesino de Dorrego -un mártir de la incipiente democracia- se lo premió dándole su nombre a una de las principales calles céntricas y un monumento justo frente al Palacio de la Justicia (un símbolo de esta Argentina mágico-realista) mientras que a la víctima se la mandó a los extramuros de Palermo de aquellos tiempos dándole su nombre a un callejón de tierra. El general fusilador pasó a ser un personaje romántico para la literatura, hablándose de su tristeza y la mala suerte de su destino. Sospechosamente muy poco tiempo después de los fusilamientos de junio de 1956 bajo Aramburu recomenzó el culto por el fusilador de Dorrego. Hasta se hizo una balada con acompañamiento de guitarra que cantaba al "romántico" y triste fusilador.
Al general Aramburu, por ejemplo, se le ha erigido un monumento y todos los aniversarios de su asesinato concurren representantes oficiales del gobierno de turno a hacer el consabido minuto de silencio (en vez de gritar la verdad de los asesinos de junio) y calles importantes llevan su nombre en varias ciudades. En vez del nombre de las víctimas, para que nos sirva de advertencia en el futuro, premiamos a los victimarios.
Pero, tal vez, la actitud más perversa de ponerse de rodillas ante los tiranos fue la decisión de bautizar con el nombre del militar José Félix Uriburu al puente que cruza el Riachuelo. El fascista uniformado que aprovechó las armas para derrocar al presidente constitucional Hipólito Yrigoyen, quebrando así el orden constitucional nacido en 1916 tiene ahí su monumento. El déspota barato y brutal ordenó fusilamientos, cárcel y fue el que oficializó la tortura con la picana eléctrica de Lugones hijo, padre legítimo de los Patti y Bussi actuales.
Para vergüenza de todos nosotros, los miles que atraviesan día tras día el Riachuelo tienen que sufrir la ignominia de leer el nombre de quien ejerció la fuerza bruta contra la dignidad y la libertad. En mis manos tengo un folleto, amarillento ya, desde cuya tapa me mira un muchacho sonriente, con cara de campesino español, Joaquín Penina, el primer fusilado "por la barbarie uriburista", como está en la tapa de este cuadernillo editado por el Comité Pro Presos y Deportados de Rosario, en julio de 1932.
¿Quién era Joaquín Penina? Un albañil de 26 años, que vendía libros después del trabajo. Libros libertarios. Pero dejemos hablar al folleto: "Penina tenía alma de apóstol. Fue un profundo rebelde. Vivió de cerca la injusticia social, amó el alma proletaria más que la suya propia. Como quien se libra de un pesado lastre, desposeyó su espíritu de todo egoísmo. La solidaridad fue en él un hecho profundo y vivido. En cada violencia ajena templaba su carácter. Así se hizo rebelde. Su rebeldía sin ruidos, sin gestos vacíos, pero de gran firmeza, se asentó en el dolor de muchos años tristes y dentro de su cerebro inquieto sólo vivió un deseo continuo: sembrar ideas. La dictadura lo sorprendió sembrando, para abrirle surcos de fuego en su carne y en su alma. Frente a la boca de sus pistolas, su rostro, sonriente siempre, enamorado de la vida a pesar de todas las injusticias, no pudo traducir rencor sino lástima hacia los criminales de la patria".
Joaquín Penina fue acusado de imprimir volantes contra Uriburu y de repartirlo. Lo que no hicieron los radicales que dejaron caer su gobierno ante un general que llegó a la Rosada con una decena de cadetes militares, lo hizo un obrero libertario. Militares y policías asaltaron la humilde habitación del albañil, lo arrastraron a la comisaría y a la noche lo fusilaron. Los autores del crimen tan vil fueron el teniente coronel Rodolfo Lebrero, el mayor Carlos Ricchieri (otro militar del mismo apellido, el general Ovidio Ricchieri sería uno de los más feroces representantes del sistema de desaparición de personas a partir de 1976); el capitán Luis Sarmiento y los policías Félix de la Fuente, Marcelino Calambé y Angel Benavídez. Los militares y policías que allanaron la pieza del obrero Penina se llevaron como botín 600 pesos, que éste había ahorrado para pagar el pasaje de sus padres desde España. La misma práctica aberrante de los "muchachos" de Videla y Massera.
El jefe del pelotón de fusilamientos fue el subteniente Jorge Rodríguez, quien dos años después del crimen denunciará -como Scilingo sesenta años más tarde- los detalles del crimen y mostrará su arrepentimiento público haciendo la denuncia que recogieron los diarios. Señaló el subteniente que a él le tocó el fusilamiento por estar de oficial de guardia en la noche del 10 de setiembre de 1930. Se le aproximó el capitán Sarmiento para decirle que debía ejecutar "a un individuo". Al pedirle aclaración de quién se trataba respondió "es un anarquista que fue sorprendido mientras imprimía panfletos incitando al pueblo y a la tropa contra las autoridades que rigen el país".
El detenido fue llevado en un camión celular hasta las barrancas del Saladillo. El pelotón estaba integrado por el subteniente Rodríguez y tres soldados, no con armas reglamentarias, sino con pistolas Colt. El subteniente Rodríguez describió así los últimos momento de Penina: "Fue bajado del camión y sintió el ruido de las cargas de las pistolas. Entonces yo, que lo tenía a un paso, lo vi abrir los ojos en mirada de asombro y rápidamente comprender. Dio un medio paso atrás y le vi morderse el labio inferior como si prefiriera sentir el dolor de su carne más no el temor. Yo iba detrás. Desde que lo había visto bajar, en mi frente y en mis ojos sentía que se había posado un velo de extrañeza y de irrealidad. No quise prolongar la valiente agonía de ese hombre. Ordené: ¡Apunten! Entonces el reo giró la cabeza hacia la izquierda y mirando con odio al grupo que presenciaba, gritó: "-¡Viva la anarquía! -su voz era templada, yo no ví temor.
"¡Fuego! -ordené, sin ver ya nada. Tres tiros".
Después de describir cómo le dio en la cabeza él mismo con el tiro de gracia, agregó el subteniente: "Todos nos acercamos hasta donde estaba el cadáver y alguien dijo: 'Fue un valiente hasta el último momento'. Vestía pobremente: zapatos de caña; pantalón, no sé si de fantasía o marrón oscuro. Un saco también oscuro. Era rubio y de pequeña estatura. Representaba unos 25 o 26 años. De sus bolsillos se sacaron dos o tres galletas marineras muy duras y en parte comidas, y un giro de cinco pesetas para un hermano de Barcelona. El giro no llegó a mis manos ni sé tampoco quién se lo llevó".
Zaherido, humillado, robado, fusilado. Somos todos asesinos. Los argentinos somos derechos y humanos. Votamos en forma directa y secreta por Bussi y Patti. Después nos indignamos contra el estudiante Ahumada que pateó a su profesora. Cuando no es más que un aprendiz de Patti y Bussi y la sociedad que le damos nosotros.
Un grupo de amigos pedirá al Concejo Deliberante que cambie el nombre del tirano asesino por el de su primera víctima: el obrero Joaquín Penina en el puente que une la capital con Valentín Alsina. Sería un principio para poder mirarnos en el espejo.
sábado, 11 de octubre de 2008
¿Qué hacemos con la risa?
Volvió Capusotto. Y con él, el que probablemente sea su personaje más entrañable: Bombita Rodríguez. Bombita Rodríguez, el Palito Ortega montonero, hace reír, y mucho, en cada una de sus presentaciones.
¿Por qué nos hace reír Bombita? Es una pregunta que comencé a hacerme desde que lo vi por primera vez, cantando “Burgueses: atrás, atrás” y “Armas para el pueblo, armas para el pueblo ya”. ¿Por qué Bombita hace reír? Bombita habla de la clase obrera, habla de la liberación nacional, habla de los explotadores y los explotados, habla de los burgueses y los proletarios, habla de la cultura popular, de la educación de las masas, del socialismo. Evidentemente esto nos hace reír. ¿Por qué? ¿Por qué en la década del ’70 estas cosas no hacían reír? No sólo no hacían reír. Hubo gente que tomó tan en serio todo esto, que llegó a vivir sólo para estas ideas, llegó a soportar torturas, llegó hasta a dar la vida (su propia vida... la única que tenían) ¿Cómo pasó? ¿Por qué en la década del ’70 se decía clase obrera, proletarios y burgueses, explotadores y explotados, liberación nacional, socialismo, y nadie se reía? ¿Puede ser que la respuesta esté en los significados? ¿Qué significa hoy para nosotros la clase obrera, el socialismo, los explotadores? Para ellos significaba algo manifiesto: era época de certezas, de buenos y malos, de relaciones sociales evidentes y cristalinas. De un lado de la sociedad, los explotadores; del otro, los explotados. De un lado de la sociedad el mal burgués; del otro, el pobre proletario. De un lado del mundo el imperio; del otro, el país subordinado. La verdad se imponía.
Eran los tiempos de la explotación del hombre por el hombre. Eran los tiempos en que la posibilidad de transformar la sociedad estaba al alcance de la mano. Sólo había que reunirse y hacerlo ¿Cuándo se perdió la certeza? ¿Quién terminó con las certidumbres? Contestar “el posmodernismo” es patear la pelota afuera. El posmodernismo no es un hecho social que se impone. El posmodernismo somos nosotros mismos cuando pensamos que las certidumbres han sido socavadas, cuando creemos que las relaciones sociales se han vuelto opacas, cuando consideramos que la sociedad es incomprensible (e intransformable). El posmodernismo es un espíritu de época, una aciaga derrota, una resignación cobarde. No una verdad que se impone. La verdad está ahí afuera. Y sigue siendo evidente. Explotadores y explotados, proletarios, imperio, educación, socialismo. ¿Meras fórmulas vacías? Transformación de la sociedad. ¿Ridiculez anacrónica? La diferencia entre los ’70 y el presente no está en lo que las palabras significan. La diferencia está en nuestra relación con los significados. Las palabras ya no denotan, para nosotros, una verdad objetiva. ¿Es mala la duda? Por supuesto que no. Lo malo es dudar de todo. Esta es una época en que nadie puede tener verdades. Ni siquiera las obvias. Nuestra época fomenta la ambigüedad, el equívoco, las complejidades y matices. La verdad no se dice. Esto puede verse en los medios. Hoy, la única manera de transmitir ideología (o mejor diría, ideales) es ocultándola. Cualquiera que grite a los cuatro vientos lo que piensa sólo provocará sonrisas.
CNN o Canal 11 son buenos, serios, mesurados: su ideología está oculta. La radio de las Madres de Plaza de Mayo o Telesur son malos, ridículos, exagerados: su ideología se grita. Estos últimos no saben que las verdades ahora son muchas, y cada cual elige la que quiere. No saben que hoy cualquier verdad es buena. ¿Pero por qué Bombita hace reír?
Una vez dijo Alejandro Dolina que el humor era poner una cosa en un lugar que no le corresponde. Esta definición hace que todo anacronismo sea potencialmente gracioso. Bombita es certero: sabe que hay explotadores y explotados, sabe que si se quiere luchar por el socialismo hay que decirlo, sabe que para transformar una sociedad es necesaria la educación popular, sabe que existe una lucha por la liberación de los oprimidos. Bombita lo dice, sin medias tintas, como quien dice una verdad evidente. Como quien dice “salió el sol”, Bombita dice “la clase obrera tiene que luchar por el socialismo”. En su contexto, los ’70, Bombita se convierte en un personaje famoso, querido, estimado. En nuestra época, plagada de cinismo e hipocresía, en nuestra época de verdades a medias, de ambigüedades, de dudas, la verborragia certera y contundente de Bombita mueve a risa. Es anacrónica. Fuera de época. Para Bombita las relaciones sociales son evidentes. Nosotros preferimos ignorarlas. Canciones con ideología, verdades irrefutables... Esperanza. Bombita nos hace reír. Y mucho. Lamentablemente. http://www.pagina12.com.ar/diario/laventana/26-112943-2008-10-08.html
Con admiración, valoración, respeto y amor a Bombita, a Capusotto y a Adrián Viale me permito agregar unas preguntas a este interesantísimo artículo: ¿Y si empezar a reírnos deja de significar solamente no poder hacer otra cosa con esta historia y este presente? ¿Si deja de ser solamente la opción de mutar la impotencia en carcajada para ocultar llantos acumulados, dolores tan profuntos, ausencias tan tremendas? ¿Y si empezar a reírnos es una forma de empezar de nuevo?
Alejandro Davio, en la canción que hizo con León dice "que aún estamos vivos y vamos por más" Si lo dice él que tiene es su haber 17 operaciones en el Garraham y ahora está de gira por todo el país haciendo su música...
Si lo dicen las Madres, las Abuelas, los HIJOS...
En el centro de alfabetización en Ciudad Oculta, un día María me explicó: poder leer los libros y el diario es muy importante para entender, pero nosotros más lo que aprendimos es lo que ustedes nos enseñaron de que nosotros ya sabíamos.
Me parece que el asunto está en qué hacemos con esta risa, si la podemos defender como ALEGRÍA, propone Mario Benedetti desde hace más de veinte años.
Por ahí para mí resulta más facil porque tengo una hija de 16 que se llama Ayelen, que significa ALEGRÍA en lengua MAPUCHE, y ella la "significa" todos los días. Se ríe mucho con Bombita, y pinta banderas con la cara del Che. Creo que los chicos a veces saben más que nosotros de qué se ríen.
María Fernanda
viernes, 10 de octubre de 2008
"Cuando estoy desorientado con algo me fijo qué dice Casullo del asunto"
Nicolás Casullo, Paris 68. Las escrituras, el recuerdo y el olvido. Cuadernos Argentinos Manantial, Buenos Aires, 1998.
Nicolás Casullo es escritor, ensayista, novelista, docente de la carrera de Comunicación Social en la Universidad Nacional de Buenos Aires, y director de la revista "Pensamiento de los Confines". Cuando se produjo el Mayo Francés, se encontraba en París. Producto de esa vivencia es el libro "París 68. Las escrituras, el recuerdo y el olvido". Como otros tantos intelectuales del país, Casullo debió exiliarse en noviembre de 1974. Su primer destino fue Cuba, por cuatro meses. Caracas, Venezuela, fue su segundo destino en 1975. En 1976 viajó a México, donde vivió hasta el año 1983. En ese año regresó al país.Entre sus novelas se cuentan: "Para hacer el amor en los parques" (1970), "El frutero de los ojos radiantes" (1984) y "La cátedra" (2000).Entre sus ensayos: "La comunicación, una democracia difícil"(1986), "El debate modernidad-posmodernidad" (1988), "Viena del 900: la remoción de lo moderno" (1992), "Itinerarios de la modernidad" (1996), "Modernidad y cultura crítica" (1998), y "Palabras a destiempo" (1999)).
miércoles, 8 de octubre de 2008
La espera
Escuelas argentinas - CANAL ENCUENTRO
lunes, 6 de octubre de 2008
Sobre la desesperación, la vida y nuestro nombre divino
"La desesperación es la desesperanza de no poder incluso morir."
"Pero junto a la desesperación que se sumerge a ciegas en el infinito hasta la pérdida del yo, existe otra de una especie diferente, que se deja como frustrar de ser yo por "otro". Viendo tantas gentes a su alrededor, cargándose de tantos asuntos humanos, tratando de captar cómo anda el tren del mundo, ese desesperado se olvida de sí mismo, olvida su nombre divino, no se atreve a creer en sí mismo y halla demasiado atrevido el serlo y más simple y seguro asemejarse a los demás, ser una caricatura, un número, confundido en el ganado.
Esta forma de desesperación escapa, en resumidas cuentas, perfectamente a las gentes. Perdiendo de ese modo su yo, un desesperado de esta especie adquiere de súbito una indefinida aptitud para hacerse recibir bien en todas partes, para triunfar en el mundo. Aquí no se da ningún desgarrón, aquí el yo y su infinitación han dejado de ser una molestia; pulido como un guijarro nuestro hombre rueda por todas partes como una moneda en circulación. Lejos de que se lo tome por un desesperado, es precisamente un hombre como desean las gentes. En general, el mundo no sabe, y con razón, donde hay algo de que temblar."
sábado, 4 de octubre de 2008
El aborto según George Carlín
“… la reificación es la aprehensión de los productos de la actividad humana como si fueran algo distinto de los productos humanos, como hechos de la naturaleza, como resultados de leyes cósmicas, o manifestaciones de la voluntad divina. La reificación implica que el hombre es capaz de olvidar que él mismo ha creado el mundo humano (...) y que , por consiguiente, puede rehacerlo.(...) El mundo reificado es, por definición, un mundo deshumanizado, que el hombre experimenta como facticidad extraña...” Peter Berger y Thomas Luckmann. La construcción social de la realidad. Amorrortu Editores. Bs. As. 1984. Pp. 116-117
domingo, 28 de septiembre de 2008
La MARIMBA
Invito a leer el artículo que escribí como "Origen e identidad de las pandillas juveniles" y que publicó el diario Hondureño "El Heraldo". Aquí va el link, para quienes quieran leerlo directamente en el periódico, y también adjunto el escrito original. Los editores del diario me separaron los párrafos de una manera que no me gusta... pero ni modo...
Serán bienvenidos comentarios de cualquier tipo, aportes y disensos... de verdad!!!
Luis Felipe
El documento original es el siguiente:
ORIGEN E IDENTIDAD DE LAS PANDILLAS JUVENILES
Luis Felipe Ulloa
(Publicado en El Heraldo de Honduras, en Septiembre 28 de 2008) http://www.elheraldo.hn/content/view/full/23388
Uno podría pensar que ya todo está dicho respecto a las llamadas "pandillas juveniles" porque se han registrado montones de textos y eventos sobre el tema. Igual podría afirmarse que no se ha hecho mucho o no se ha hecho lo correcto, porque el fenómeno crece. Pero aún hay piezas que deben ponerse en su lugar. Yo quiero centrar la atención en tres aspectos: las responsabilidades originales, la identidad y la intervención.
Responsabilidades originales
Las pandillas juveniles centroamericanas como las conocemos hoy no se originaron en Centroamérica, sino en USA donde ya existía una larga historia de pandillas entre las que sobresalían las de norteamericanos negros, las de origen asiático, las italianas, las irlandesas y las judías… todas con causa común que se sintetiza en la misma palabra: Exclusión. En su origen, nuestros niños y niñas que llegaron allá eran parte de familias que escapaban de la violencia, o de la pobreza o que simplemente buscaban mejores condiciones de vida. Esos niños no eran pandilleros solo que en medio de la exclusión y la necesidad su vivencia en USA los convirtió en ello. Luego los deportaron y los siguen deportando con la etiqueta de pandilleros. Al hacerlo-se equivocaron de nuevo- y contribuyeron enormemente a extender el fenómeno, a globalizarlo… sin avanzar en resolverlo.
Ante eso un ciudadano "de a pie" pensaría que si allá se afectaron, es a USA a quien corresponde aplicar "in situ" los tratamientos apropiados para eliminar la etiqueta que los empezó a marcar. Era su responsabilidad y se despojaron de ella. A nuestros gobiernos centroamericanos les correspondería en este caso ver que a estos ciudadanos se les respetaran sus derechos humanos. Retomar eso es la primera propuesta de esta nota.
Identidad
La percepción de la identidad de una pandilla en particular, como en cualquier tipo de organización, es la plataforma necesaria para redefinir su futuro. Una afortunada experiencia en Estelí, Nicaragua, que tuve la oportunidad de conducir nos hizo comprender que no existen 'las" pandillas y que hay "pandillas de pandillas".
El código penal en California define las pandillas como "cualquier organización, asociación, o grupo de tres o más personas, ya sea formal o informal, que tiene como una de sus principales actividades la comisión de uno o más actos criminales [específicos], tienen un nombre, una señal o símbolo en común, y cuyos miembros por separado o en conjunto participan en o han participado en un patrón de actividad pandillera criminal" (sección 186.22 /f del Código Penal de California). Obsérvese que aquí se incluye la comisión de delitos como intención.
En Estelí, cuando era la segunda ciudad más violenta en Nicaragua, no nos parecía que podíamos generalizar tanto. Ya la gente asociaba demasiado "jóvenes en conflicto" con "pandilla" y "pandilla" con "delincuentes". Iniciamos una exploración del fenómeno incluyendo como participantes a los jefes de sector de la policía y a los Ángeles del Infierno, los Frioles, La Mara Salvatrucha (local), los Poison-Nirvana, los Aluminio y los Vengaboys y dispuestos a poner en cuestión todo.
Esta investigación participativa, alimentó la disponibilidad de los muchachos y acciones de varias instituciones, que llevaron a que Estelí dejara de ser uno de los municipios con más grave situación de delitos por grupos de jóvenes. Pero lo que quiero resaltar es que al avanzar el estudio cambiamos hasta la definición de entrada que teníamos y decidimos alejarnos del término "pandilla", así como el de "mara" para usar "marimba" palabra deliciosa –aunque no exclusiva- que usaban los muchachos familiarmente para referirse a colectivos y en este caso a sus agrupaciones en sentido genérico. En nuestro caso vimos a cada "marimba" como…
"Una organización creada, integrada y dirigida por jóvenes habitantes de un territorio, que tiene un nombre asumido por los muchachos, y que cuenta con una historia de enfrentamiento con otros grupos juveniles. En tanto organización, sus miembros se reconocen entre sí como bróderes (castellanización del término “brothers” que significa “hermanos”), han desarrollado su propia identidad; manejan símbolos, lenguaje y conductas que los identifican entre sí y los diferencian de otros grupos; y respetan reglas y principios explícitos e implícitos. El conjunto de actividades que hasta el momento desarrollan se engloba en lo que ellos mismos reconocen como "la vagancia". Sus miembros –como cualquier otro ser humano y sobre todo como jóvenes, tienen sueños que quisieran lograr y otros por construir".
En esta definición "la vagancia" es una dinámica que según los jóvenes integrantes incluye cinco componentes que en sus palabras son 'juntarse con los bróderes', 'andar por ahí', 'el alucín', 'defenderse' y 'chavalear'. Es decir: estar siempre acompañados, reunirse en su lugar, recorrer su barrio; ir la los barrios de grupos amigos; y cuando están decididos a que intenten "turquearlos" (o golpearlos) también adentrarse en los barrios 'enemigos'; Usar estimulantes y/o evasores de la realidad, generalmente cerveza o licores fuertes y en algunos casos sustancias psicoactivas; defender su sector o barrio, cuando son agredidos por otros grupos; andar tras las muchachas, a veces para compartir, buscar "jaña" (o novia) y en muchos casos con la intención de buscar relaciones sexuales.
Consideramos que las conductas ligadas comúnmente a "lo pandilleril" no necesariamente tienen que seguir siendo la esencia de la "marimba". El grupo sigue siendo marimba si mantiene su relación organizativa aunque deje de tener conductas que sí son "pandilleriles", es decir si deja de transgredir la ley y de usar la violencia (por ejemplo si no vuelve a tener sus combates). También se desprende de ahí que unas marimbas pueden tener una conductas pandilleriles y otras no.
Sabemos que la 'vagancia' puede derivar en violencia y en transgresiones del orden y la ley, sin embargo no estamos vinculando esos aspectos como condiciones inherentes a la definición de marimba, sino como situaciones frecuentes. Tampoco mencionamos como parte esencial de la definición de 'marimba' a la violencia actual entre grupos, sino que está en términos de pasado: Decíamos que "cuenta con una historia de enfrentamientos", es decir tiene que haber tenido enfrentamientos antes.
En las marimbas-o si se quiere llamarlas todavía "pandillas"- de Estelí que intervinieron en el estudio reconocimos las siguientes coincidencias:
Tienen una visión: Quieren ser famosas y respetadas. "Queremos ser el grupo más famoso de Estelí". Su misión es llenar vacíos de sus miembros, autoprotegerse y proteger el barrio. El barrio es su territorio, el área a la que pertenece la marimba, por él se identifican a sí mismos los miembros de la marimba y por él son identificados por otros actores. La vagancia fue mencionada como la intención básica de las marimbas, aunque ya comenzaba a haber indicios de que algunas pandillas empezaban a definir como intención conseguir ingresos... y no por medios considerados legales.
Cuentan con pilares espirituales (valores y principios), entre los que resaltaron cuatro: la necesidad de reconocimiento y respeto que deriva de la invisibilidad y la exclusión social. Llevado al extremo este reconocimiento deriva en la "fama", que ya mencionamos. El ser "Empujados". que concentra la audacia, la valentía para enfrentar riesgos, pero aunada con su capacidad para hacerlo bien. No es bien visto "acalambrarse" ante las dificultades. Es un valor que deriva de la necesidad de sobrevivencia del colectivo y sus miembros en un ambiente hostil. Todos hablan de la Hermandad o ser familia, que muestra una relación de unidad como colectivo. Incorpora la confianza entre los miembros, comunicarse, compartir y el muy mencionado respeto. Este valor responde a la carencia de cariño en muchos de los espacios naturales de los jóvenes, incluyendo la familia. Y también está la búsqueda del gozo, en el desarrollo de sus actividades que ocupa un papel importante en las acciones de las marimbas. Por eso los muchachos se incorporan pronto a campeonatos y festividades.
Intervención como organizaciones
Las marimbas pueden ser famosas de muchas maneras, sin embargo los espacios disponibles hasta ahora solo suelen dar campo a la violencia, que es lo que asusta y lo que resaltan los medios de comunicación… pero la mano dura fracasó como respuesta. Otra posibilidad es reconocer a estas agrupaciones como "organizaciones" y abrir así la posibilidad de acciones del tipo "desarrollo organizacional", "reinventar las organizaciones" etc.
El camino inicia revisando con cada pandilla su identidad para lo que los muchachos expandilleros son de gran ayuda. Apelamos a su percepción de su historia colectiva, del futuro y del entorno. Luego en un ejercicio de planificación estratégica ayudamos a construir colectivamente un futuro posible y deseable, para lo que debemos contar con la decisión y compromiso de distintos actores locales, que hagan posible echarlo a andar. Y entonces empezamos a ejecutar lo decidido-priorizado con un acompañamiento a los muchachos que va a ser muy cercano al inicio y luego poco a poco más alejado, hasta que solo sea puntual.
Hay dificultades, claro. Cuando se ha perdido la costumbre y hay elementos distractores es complicado volver a trabajar o a estudiar y empezar a cumplir con ciertas reglas. No es fácil dialogar cuando la violencia ha sido la manera de resolver los conflictos. El proceso necesariamente ha de propiciar acuerdos de paz entre organizaciones rivales, y luego ampliar estos acuerdos a organizaciones no contempladas inicialmente que son amigas de un grupo pero no del otro, porque la lealtad es una norma entre grupos y por encima del acuerdo de paz un grupo atacado cuenta con sus amigos para defenderse.
Pero la complicación más grande recae en los otros actores que deben estar vinculados. De ellos se requiere enfrentar otra realidad con compromiso, flexibilidad, creatividad y claro suficientes recursos. En resumen se trata de diferenciar las pandillas, trabajar con ellas una a una y cumplir.
Nota: El estudio que se menciona es: "Por qué no terminamos esto: Diagnóstico de las pandillas juveniles de Estelí". Autor: Luis Felipe Ulloa. Propiciado por ADESO "Las Segovias" y Policía Nacional de Estelí. 2004, Nicaragua.
martes, 23 de septiembre de 2008
Curriculum oculto
Sacando punta - Escuelas argentinas - CANAL ENCUENTRO
Al ver este video se me ocurrió pensar sobre el curriculum oculto (que segun lo definió Michel Apple es todo lo que la escuela enseña sin proponérselo conciente/explícita/curricularmente, digamos - esta es mi versión de su definición...) Pensé si el curriculum oculto no podría incluir también todo lo maravilloso que ocurre en la escuela inscripto y gestado en lo subyacente/inconsciente singular y colectivo.
Una especie de curriculum de la salud psicofísica y vincular con sus NAP y todo (NAP= Núcleos de Aprendizaje Prioritario)
Digamos que prioritariamente estos dos niños aprenden a comunicarse, oral y corporalmente, con sus gestos, sus movimientos, aprenden a dialogar, a decir, a escuchar, a observar, a seducir, a interpretar, a compartir, a leer al Otro, aprenden y construyen identidades.
Entré al secundario en 1981, en plena dictadura militar, y contesté un cuestionario que luego fue a parar a mi legajo.
En 1985, al egresar me devolvieron un carpeton con papeles entre los que pude leer aquel cuestionario de los 13 años.
Y me sorprendí con aborrecimiento de mí misma cuando yo, militante de derechos humanos, de centros de estudiantes, acampante y amante de la libertad que habíamos sabido conseguir, leí mi respuesta a la pregunta que interpelaba: "¿Cuáles son las cosas que Usted más valora de esta institución?"
Yo, a los trece años, había contestado: "El orden y la disciplina."
Eso es el curriculum oculto del que habla Apple (de un modo magistral a mi modesto entender).
También una vez en 1982 una profesora de literatura, el 2 de Abril (día del desembarco argentino en Malvinas) después de que nos hicieron cantar el himno y la marcha a las Malvinas, al llegar al aula estaba llorando.
Esa mujer tan genial, tan viva, estaba muy mal, no podía casi hablar. Nos dijo apenas: "Chicas no crean que una guerra soluciona algo. Los que nos llevan a la guerra son los que nos vienen matando desde hace años."
Me enseñó lo que pasaba, que no podía ser enseñado pero sí.
Yo creía en ella, plenamente, y entendí que estaba todo mal. Muy mal.
No entendí lo que dijo, entendí lo que sentía y lo compartí. Lo que dijo lo entendí al año siguiente, cuando terminó la dictadura.
Al compartir la escuela, compartir la vida, la construcción de la historia, se configura un espacio/tiempo en el que lo oculto también puede enseñar cosas maravillosas siempre que nos atrevamos a comprometer no solo el pensar, sino fundamentalmente el SENTIR. El sentipensar diría Galeano.
Eso que los niños a veces ponen en juego con tanta facilidad, sacando punta.
domingo, 21 de septiembre de 2008
¡Gente grande!
El Monitor - CANAL ENCUENTRO
Esta semana estuvimos jugando en Córdoba (Argentina) con docentes de las provincias de Chaco, Formosa, San Luis y los locales cordobeses. Jugamos a que hacíamos un encuentro e inventábamos animaciones con un programa de software libre que se llama Monkey Jam, y hacíamos muñequitos de plastilina, de tiza, de marcadores, crayones, escenarios, mundos, viajes, travesías y a todo eso le sacábamos fotos para desarrollar la técnica que se llama "Stop Motion" mediante la cual la sucesión de fotos fijas simula movimiento.
Y en cada historia inventada nos movimos, bailamos, cantamos, nos reimos, nos conmovimos, nos abrazamos, nos preocupamos, nos emocionamos, discutimos, dialogamos, creamos, hicimos, deshicimos y volvimos a empezar.
Jugamos.
Gente grande...
Maravillosa oportunidad de la vida poder seguir jugando con gente que inventa mundos posibles en cada escuela de la Argentina, en una escuela incendiada con dos computadoras en mesas con rueditas, con pibes que no comen o comen mal y mientras aprenden que deben luchar por sus derechos también tienen la posibilidad de soñar, de inventar junto a otros, de aprender que hay un lugar con gente que quiere ayudarlos a decir los amores, los dolores, la incertidumbre, las fantasías, con viejos y nuevos lenguajes de la expresión. Gente que quiere escuchar lo que tienen para contar y para inventar, para priorizar una construcción del conocimiento: la de comprender los sentidos de estar vivos...
Sin duda: gente GRANDE.