lunes, 6 de octubre de 2008

Sobre la desesperación, la vida y nuestro nombre divino

"La desesperación es la desesperanza de no poder incluso morir."

"Pero junto a la desesperación que se sumerge a ciegas en el infinito hasta la pérdida del yo, existe otra de una especie diferente, que se deja como frustrar de ser yo por "otro". Viendo tantas gentes a su alrededor, cargándose de tantos asuntos humanos, tratando de captar cómo anda el tren del mundo, ese desesperado se olvida de sí mismo, olvida su nombre divino, no se atreve a creer en sí mismo y halla demasiado atrevido el serlo y más simple y seguro asemejarse a los demás, ser una caricatura, un número, confundido en el ganado.
Esta forma de desesperación escapa, en resumidas cuentas, perfectamente a las gentes. Perdiendo de ese modo su yo, un desesperado de esta especie adquiere de súbito una indefinida aptitud para hacerse recibir bien en todas partes, para triunfar en el mundo. Aquí no se da ningún desgarrón, aquí el yo y su infinitación han dejado de ser una molestia; pulido como un guijarro nuestro hombre rueda por todas partes como una moneda en circulación. Lejos de que se lo tome por un desesperado, es precisamente un hombre como desean las gentes. En general, el mundo no sabe, y con razón, donde hay algo de que temblar."



"Para vivir la vida tenemos que mirar siempre para adelante, pero para comprender la vida hay que mirar hacia atrás"


KIERGAARD, SOEREN (1941) Tratado de la desesperación. Editorial Rueda. Buenos Aires.


Con estos pensamientos de este filósofo danés del Siglo XIX volvemos a agradecer a todos los que día a día nos ayudan a interpretar nuestro "nombre divino", a creer en nosotros y a tener tan presentes los sentidos de estar vivos.

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