"Educar no consiste en enseñar a repetir palabras, sino a producir la propia palabra." Paulo Freire
¡Bienvenidos!
Si llegan aquí por primera vez, los invitamos a leer la primera entrada -que cuenta cuál es la propuesta de participación del blog- y les damos un gran abrazo de bienvenida.
María Fernanda Ruiz
Despeinadas: amada foto vieja con mis amores Romina y Ayelen
Lic. en Comunicación Social, especializada en comunicación comunitaria. Desde hace años trabaja con organizaciones sociales en el diseño, implementación y desarrollo de proyectos comunitarios. Es docente e investigadora de la UBA. Ha dictado diversos cursos de capacitación y recibido becas de estudio. Ha incursionado en temas de género y en el trabajo con mujeres de los sectores populares - Buenos Aires - Argentina - ilois@sinectis.com.ar y http://conversacionesenred.blogspot.com
Carlos Obando Arroyave
La imagen del autor es la versión - libre, autorizada, estimulada y aplaudida- de su sobrino, Andrés Felipe, cuando apenas contaba con 6 años - Carlos es Doctor en Pedagogía Social y Tecnologías de la Comunicación, España - Máster en Comunicación Audiovisual Digital, España - Comunicador Social-Periodista UdeA, Colombia - Investigador Cátedra UNESCO-Fundación Blanquerna Barcelona, España - Su E-mail: carlosobandoa@hotmail.com y su BLOG es http://carloso.blogia.com/
Gabriela Ramos
Lic.en Ciencias de la Educación con Especialización en mediación educativa y familiar y en género. Docente universitaria, investigadora y capacitadora de docentes, asistente técnica de la Dirección de Currícula de la Ciudad de Buenos Aires y de la Subsecretaría de Equidad y Calidad Educativa del Min. de Educ. de la Nación. En esta foto estaba muy contenta, como puede apreciarse, ya que los docentes de Río Grande en Tierra del Fuego, nos habían preparado un asado a todos los talleristas! Su E-mail:ramos_g_a@fibertel.com.ar
Alejo García
Lic. en Trabajo Social - Educador en el área de niñez y juventud en sectores populares - Docente universitario y creador de Cine en Movimiento - Buenos Aires - Argentina - E-mail: alejogarciab@hotmail.com - Web: www.cineenmovimiento.com.ar
Valeria Dotro
Es docente y Licenciada en Ciencias de la Comunicación. Trabaja como docente en la Universidad de Buenos Aires y en ámbitos de periodismo y comunicación. Se desempeña como capacitadora docente en el Ministerio de Educación y como productora y redactora en diversos medios, actualmente en el Canal Encuentro. Trabaja e investiga en el tema "Infancia y televisión" y se dedica también a la literatura infantil.
Luis Felipe Ulloa
Mi nombre es Luis Felipe Ulloa F., me cuesta trabajo decir de dónde soy no solo por lo complejo sino porque me duele. En resumen otro desplazado más, nacido en Colombia, con una decena de años en Panamá y otra en Nicaragua. Si continuamos confiando en la aritmética el cuento supera los 50 años. Tiendo a transgredir los límites y las etiquetas al conocimiento y a los quehaceres tal vez por eso o por pura comodidad me defino facilitador de procesos, y me anuncio transdisciplinario. Gozo vinculando experiencias, afectos y saberes. Me gusta escribir y algunos libros y otras cosas que he hecho andan por ahí. En la academia hice una maestría en Desarrollo Rural... luego abandoné lo de "rural"... y tengo muchas dudas sobre eso del "Desarrollo". De vez en cuando hago de "profe" (con grandes comillas, por favor).
Ricardo Caballero
¿Quién soy? tema extenso e inabarcable para el propio protagonista que intenta que la palabra no sea manejada por su ego...pero alguna pista que ahora se me ocurre de mí: soy parte de la Patria Grande, avecinado desde mi exilio en Buenos Aires, donde convivo desde 1989 con mi mujer Victoria y nuestro lugar desde este milenio es el barrio de Nuñez, y transito frecuentemente hacia Montevideo donde desarrolla su vida mi hija Lucía junto a su compañero Gonzalo. Intento que las tareas del sobrevivir me permitan dedicar afanes a aportar como facilitador de dinámicas emancipadoras, procesos de desarrollo humano, algunos -los que me interesan- me dicen mentor, facilitador, educador, autodidacta...y los que no dicen estas caricias no merecen utilizar, también, el espacio de mi palabra. Quizás cada día más socrático/mayéutico, en su escalinata under dinamizando los fuegos fundantes en los procesos creativos...y menos platónico/aristotélico con su academia institucionalizada, ignorificadora y clonadora de repeticiones dependientes...bueh, para poner un poco de poesía a quien intento ser, en este momento me vienen palabras de Mario Benedetti en la dedicatoria que nos comparte en 'Primavera con una esquina rota' : "A la memoria de mi padre (1897-1971) que fue químico y buena gente": eso de buena gente en idioma de pueblo, es muy agradable.Un abrazo solidario
Viviana Celso
La licenciada y profesora Viviana Celso es docente en el área de tecnologías de la información y la comunicación, es asesora para el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación en temas relacionados con la aplicación de las nuevas tecnologías en el aula, dicta cursos de formación docente en estas temáticas y es asesora pedagógica para capacitación en Tic en el ministerio de educación del GCBA. Posee una especialización de posgrado en Educación, Lenguajes y Medios en la Universidad de San Martin. Además Viviana es una excelente bailarina de folklore y todas las danzas (esto está comprobado) además de ser otra gran amiga.
El beso. Gustav Klimt (1907).... Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja. Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua. Cap. 7 de Rayuela. Julio Cortázar
Empatía con el llanto
Para todos los que andamos llorando por uno u otro motivo, va aquí un poco de estimulación a las identificaciones.
LLORAR A LÁGRIMA VIVA... Llorar a lágrima viva. Llorar a chorros. Llorar la digestión. Llorar el sueño. Llorar ante las puertas y los puertos. Llorar de amabilidad y de amarillo. Abrir las canillas, las compuertas del llanto. Empaparnos el alma, la camiseta. Inundar las veredas y los paseos, y salvarnos, a nado, de nuestro llanto. Asistir a los cursos de antropología, llorando. Festejar los cumpleaños familiares, llorando. Atravesar el África, llorando. Llorar como un cacuy, como un cocodrilo... si es verdad que los cacuíes y los cocodrilos no dejan nunca de llorar. Llorarlo todo, pero llorarlo bien. Llorarlo con la nariz, con las rodillas. Llorarlo por el ombligo, por la boca. Llorar de amor, de hastío, de alegría. Llorar de frac, de flato, de flacura. Llorar improvisando, de memoria. ¡Llorar todo el insomnio y todo el día! Oliverio Girondo
Instrucciones para llorar
Instrucciones para llorar. Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.
Julio Cortázar
Cuando digo futuro
Silvio Rodríguez
Te convido a creerme cuando digo “futuro”. Si no crees mi palabra cree en el brillo de un gesto, cree en mi cuerpo, cree en mis manos que se acaban. Te convido a creerme cuando digo “futuro”. Si no crees en mis ojos, cree en la angustia de un grito, cree en la tierra, cree en la lluvia, cree en la savia. Hay veinte mil buenas semillas* en el valle desde ayer. Hay restos de desesperados, hay el hombre y su mujer. Los hierros se fundieron ya, hay la paciencia y queda más. Hay un país de roca en ruinas bajo otro país de pan. Hay una madre que camina codo a codo con su clan. Los hierros se fundieron ya, hay la paciencia y queda más. Hay cuatro niños ahora mismo sonriendo en una playa, y en la trastienda de una bala un militar que no ha dormido. Y aquella misma muchachita vuelve a recortar su saya; (sí, es importante desde un niño hasta el largo de un vestido). Los hierros se fundieron ya, hay la paciencia y queda más. Yo te convido a creerme cuando digo “futuro”.
Silvio Rodríguez
En la versión de “Causas y azares” el primer y el segundo párrafo cambian de lugar.* En la versión de “Causas y azares” dice “Hay veinte mil nuevas semillas”. Las 20.000 semillas hacen referencia a los 20.000 caídos en la lucha armada contra Batista. (1969)
Los diez mandamientos del saber impotente o cómo ser parte de la gran simulación o las variables de la masturbación académica
Tú, intelectual: 1) Explicarás “lo que pasa” sin que de ello derive en lo absoluto una responsabilidad ética al respecto de su transformación. 2) Deberás nombrar en toda conversación, académica o no, a determinados autores y sabrás cuándo dejar de citarlos y empezar a citar a los que corresponde. 3) Producirás un paper para sostener tu carrera académica antes de que se venza el plazo y lo harás correctamente aunque no tengas absolutamente nada para decir. 4) Nunca dirás o escribirás algo que pudiera eventualmente irritar, enemistar o poner susceptible a las figuras de la intelectualidad del campo al que perteneces. 5) Jamás expondrás una idea sin estar seguro de que ya la sostuvo alguien legitimado en el tratamiento académico del tema en cuestión. 6) Te reirás de los “pseudo” intelectuales que hacen divulgación, pues ellos simplifican y reducen el conocimiento a la inaudita dimensión en que lo comprenda y sienta que se lo apropia la gente común. No los citarás jamás, te burlarás de ellos, los excluirás de cuanto espacio de diálogo sea posible. Para esto no es relevante que no hayas leído, escuchado o visto sus producciones. 7) Producirás ciencia para los científicos, literatura para los literatos, comunicación para los comunicólogos, educación para los pedagogos, sociología para los sociólogos, ciencias políticas para los politólogos, historia para los historiadores, filosofía para los filósofos (pudiendo afirmar que “todo hombre es filósofo” si sabes a quién citar y conoces los mecanismos necesarios como para que se entienda claramente que esto es una falacia y nadie se lo tome muy en serio) y así sucesivamente. 8) Te reunirás con tus colegas y hablarás con ellos en el idioma que corresponde al campo que los reúne, si alguien no entiende lo que dicen es porque no pertenece al campo. Comprenderás que no basta con ser intelectual, debes parecer intelectual y solo si sabes cómo parecerlo lo serás realmente. 9) Trabajarás para diseccionar el dolor humano, hablarás de él, lo podrás explicar y analizar en todas sus dimensiones, para no sentirlo. 10) Además de ejercer tu desempeño profesional, también te dedicarás a la docencia para seguir formando generaciones de intelectuales que comprendan estos mandamientos entendiendo que su mayor potencia consiste en no enunciarlos explícitamente sino en sugerirlos subliminalmente desde el inconsciente colectivo de la academia como condición de pertenencia, permanencia y sobre todo de supervivencia.
María Fernanda Ruiz
Murales que hablan
Proyecto Centros de Actividades Juveniles (CAJ) Argentina
Murales que hablan
La ciudad está toda llena de paredes. Las hay altas e imponentes, luminosas de soles implacables, y las hay precarias, rajadas de tiempo, desnudas. Las hay sólidas, de ladrillos perfectamente apilados, recién horneados, y las hay también con los huesos de barro carcomido, a la vista las chapas abolladas y torcidas, las maderas picoteadas de musgo. Las paredes de la ciudad saben hablar un idioma hecho de silencios y frases breves. Algunas (de las más ignorantes) solo aprendieron el “Prohibido pasar”, pobrecitas. Son paredes tristes, con unos pocos ojos sin mirada y largas pestañas de hierro, la boca siempre cerrada bajo labios de siete llaves. Son paredes que encierran y no cobijan. Las cárceles están llenas de ellas. Y no son las únicas. Hay otras que dicen “Aquí vive gente alegre”. Otras que gritan “Vuelvan”. Y otras que pregonan un “Vengan, aquí pasan muchas cosas”. Lindas paredes de escuela, pintadas a pelotazos, a fuerza de torpes corazones de tiza atravesados por flechas. Pero hay otras abandonadas. Paredes que perdieron la voz, que se quedaron mudas de indiferencia ajena, casi solas. Con suerte, cada tanto aparece un aerosol fugaz que las salva del olvido. Apenas eso. Apenas tanto como eso. Pues bien… Hay unos tipos sueltos por ahí que ven en ellas un impecable cuaderno. Son un par de locos que andan con la memoria afilada, los pinceles despiertos y las ganas alertas. Arremeten con los tachos que chorrean de colores y de golpe uno ve que la pared se despereza, parpadea de sueño, se dispone. Y le empiezan a crecer imágenes por todas partes, gritos paridos a brochazo limpio y prolijamente delineados, gente, sobre todo gente y más gente que nos cuenta de otra gente que fue, de gente que es, y que será. Y entonces sucede que la pared se pone eufórica, y es capaz ella misma de suavizar sus incontables rugosidades para recibir la caricia de la cerda empapada, y de agrandarse un metro más para que quepa esa bandera, ese rostro, ese poema. Por suerte, la alegría es una enfermedad contagiosa. Nosotros lo hemos comprobado, cada uno estampando un trocito de aquella maravilla, con toda la lluvia pisándonos los talones. Una tarde prodigiosa en que hubo música, y hubo vino, y hubo fiesta, y cansancio y final entrelazado de amigos que se palmean las espaldas satisfechos, que brindan a la salud del esfuerzo mancomunado. Pero maldita sea, señores… nada dura demasiado. Esos tipos… verán… no hay quien los cure: Ya están pensando en la próxima pared.
Jóvenes de toda la Argentina participan del Proyecto "Murales que hablan" de los CAJ
Algunas frases del Mayo francés de 1968
Prohibido prohibir. La imaginación al poder. El aburrimiento es contrarrevolucionario. No le pongas parches, la estructura está podrida. Seamos realistas, hagamos lo imposible. En otros tiempos, sólo teníamos adormideras. Hoy, las calles.
Subite al colectivo
Cuenta la leyenda que en ocasión de llegar el Colectivo de Artistas a hacer sus talleres con chicos de un pequeño pueblo de la provincia de Corrientes, en el taller llamado "Murales que hablan", los jóvenes imaginaron y pintaron al pueblo marchando en contra de la empresa que contaminaba el río. Al poco tiempo el pueblo marchó.
A partir de hoy, 2 de Junio, intentamos contar las visitas (¡Este es el tercer intento!)
Un fama tenía un reloj de pared y todas las semanas le daba cuerda CON GRAN CUIDADO. Pasó un cronopio y al verlo se puso a reír, fue a su casa e inventó el reloj-alcachofa o alcaucil, que de una y otra manera puede y debe decirse. El reloj alcaucil de este cronopio es un alcaucil de la gran especie, sujeto por el tallo a un agujero de la pared. Las innumerables hojas del alcaucil marcan la hora presente y además todas las horas, de modo que el cronopio no hace más que sacarle una hoja y ya sabe una hora. Como las va sacando de izquierda a derecha, siempre la hoja da la hora justa, y cada día el cronopio empieza a sacar una nueva vuelta de hojas. Al llegar al corazón el tiempo no puede ya medirse, y en la infinita rosa violeta del centro el cronopio encuentra un gran contento, entonces se la come con aceite, vinagre y sal, y pone otro reloj en el agujero. Cortázar, Julio; Historias de cronopios y de famas, Buenos Aires, Sudamericana, 1994
Educación de príncipe
Los cronopios no tienen casi nunca hijos, pero si los tienen, pierden la cabeza y ocurren cosas extraordinarias. Por ejemplo, un cronopio tiene un hijo, y en seguida lo invade la maravilla y está seguro de que su hijo es el pararrayos de la hermosura y que por sus venas corre la química completa con aquí y allá islas llenas de bellas artes y poesía y urbanismo. Entonces este cronopio no puede ver a su hijo sin inclinarse profundamente ante él y decirle palabras de respetuoso homenaje. El hijo, como es natural, lo odia minuciosamente. Cuando entra en la edad escolar, su padre lo inscribe en primero inferior y el niño está contento entre otros pequeños cronopios, famas y esperanzas. Pero se va desmejorando a medida que se acerca el mediodía, porque sabe que a la salida lo estará esperando su padre, quién al verlo levantará las manos y dirá diversas cosas, a saber: -Buenas salenas cronopio cronopio, el más bueno y más crecido y más arrebolado, el más prolijo y más respetuoso y más aplicado de los hijos! Con lo cual los famas y las esperanzas junior se retuercen de la risa en el cordón de la vereda, y el pequeño cronopio odia empecinadamente a su padre y acabará por hacerle una mala jugada entre la primera comunión y el servicio militar. Pero los cronopios no sufren demasiado con eso, porque también ellos odiaban a sus padres, y hasta parecería que ese odio es otro nombre de la libertad o del vasto mundo. Julio Cortázar. Historias de cronopios y de famas. Bs. As. Sudamericana. 1994.
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