Sacando punta - Escuelas argentinas - CANAL ENCUENTRO
Al ver este video se me ocurrió pensar sobre el curriculum oculto (que segun lo definió Michel Apple es todo lo que la escuela enseña sin proponérselo conciente/explícita/curricularmente, digamos - esta es mi versión de su definición...) Pensé si el curriculum oculto no podría incluir también todo lo maravilloso que ocurre en la escuela inscripto y gestado en lo subyacente/inconsciente singular y colectivo.
Una especie de curriculum de la salud psicofísica y vincular con sus NAP y todo (NAP= Núcleos de Aprendizaje Prioritario)
Digamos que prioritariamente estos dos niños aprenden a comunicarse, oral y corporalmente, con sus gestos, sus movimientos, aprenden a dialogar, a decir, a escuchar, a observar, a seducir, a interpretar, a compartir, a leer al Otro, aprenden y construyen identidades.
Entré al secundario en 1981, en plena dictadura militar, y contesté un cuestionario que luego fue a parar a mi legajo.
En 1985, al egresar me devolvieron un carpeton con papeles entre los que pude leer aquel cuestionario de los 13 años.
Y me sorprendí con aborrecimiento de mí misma cuando yo, militante de derechos humanos, de centros de estudiantes, acampante y amante de la libertad que habíamos sabido conseguir, leí mi respuesta a la pregunta que interpelaba: "¿Cuáles son las cosas que Usted más valora de esta institución?"
Yo, a los trece años, había contestado: "El orden y la disciplina."
Eso es el curriculum oculto del que habla Apple (de un modo magistral a mi modesto entender).
También una vez en 1982 una profesora de literatura, el 2 de Abril (día del desembarco argentino en Malvinas) después de que nos hicieron cantar el himno y la marcha a las Malvinas, al llegar al aula estaba llorando.
Esa mujer tan genial, tan viva, estaba muy mal, no podía casi hablar. Nos dijo apenas: "Chicas no crean que una guerra soluciona algo. Los que nos llevan a la guerra son los que nos vienen matando desde hace años."
Me enseñó lo que pasaba, que no podía ser enseñado pero sí.
Yo creía en ella, plenamente, y entendí que estaba todo mal. Muy mal.
No entendí lo que dijo, entendí lo que sentía y lo compartí. Lo que dijo lo entendí al año siguiente, cuando terminó la dictadura.
Al compartir la escuela, compartir la vida, la construcción de la historia, se configura un espacio/tiempo en el que lo oculto también puede enseñar cosas maravillosas siempre que nos atrevamos a comprometer no solo el pensar, sino fundamentalmente el SENTIR. El sentipensar diría Galeano.
Eso que los niños a veces ponen en juego con tanta facilidad, sacando punta.
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