domingo, 31 de agosto de 2008

Justicia

Tucumán, el azúcar y la sangre
Fragmento de Tucumán, el azúcar y la sangre (2007), documental dirigido por Eduardo Anguita con guión de Alberto C. Elizalde. El documental narra a través de las voces de sus protagonistas diez años de pobreza, violencia y lucha por la justicia social, profundiza en los hechos, los protagonistas y los procesos que se destacan como hitos de las luchas por la dignidad nacional, la justicia social y los derechos humanos. Sencillos trabajadores del campo cuentan su tortura y cautiverio, ex integrantes de la Compañía de Monte Ramón Rosa Jiménez del ERP vuelven después de largos años a los montes tucumanos a dar su testimonio, sobrevivientes de los campos de concentración relatan su odisea y reafirman su vocación por la verdad y la justicia y representantes del Ministerio Público describen con precisión la tenaz labor que con el apoyo de los organismos de derechos humanos dio sus frutos con el procesamiento por genocidio de Antonio Domingo Bussi y Luciano Benjamín Menéndez, figuras emblemáticas de la represión militar. El documental muestra en sus 86 minutos un abanico de imágenes, testimonios y opiniones sobre la riquísima historia de la lucha del pueblo tucumano y la recurrencia de regímenes dictatoriales y represivos asociados intrínsecamente a las crisis recurrentes de la economía de monocultivo de la caña de azúcar. Se puede ver completo en Google: http://video.google.com/videoplay?docid=7308319609586450690& hl=es

Angèlica del Valle Tula - Testigo del juicio a Bussi



Rodolfo Vargas Aignasse




Sentencia a Bussi y Menéndez

martes, 26 de agosto de 2008

Deseo de vida



Paulo Freire

Algunas ideas sobre la educación

Es necesario desarrollar una pedagogía de la pregunta. Siempre estamos escuchando una pedagogía de la respuesta. Los profesores contestan a preguntas que los estudiantes no han hecho.

Mi visión de la alfabetización va más allá del ba, be, bi, bo, bu. Porque implica una comprensión crítica de la realidad social, política y económica en la que está el alfabetizado

Enseñar exige respeto a los saberes de los educandos

Enseñar exige la corporización de las palabras por el ejemplo

Enseñar exige respeto a la autonomía del ser del educando

Enseñar exige seguridad, capacidad profesional y generosidad

Enseñar exige saber escuchar

Nadie es, si se prohíbe que otros sean

La Pedagogía del oprimido, deja de ser del oprimido y pasa a ser la pedagogía de los hombres en proceso de permanente liberación

No hay palabra verdadera que no sea unión inquebrantable entre acción y reflexión

Decir la palabra verdadera es transformar al mundo

Decir que los hombres son personas y como personas son libres y no hacer nada para lograr concretamente que esta afirmación sea objetiva, es una farsa

El hombre es hombre, y el mundo es mundo. En la medida en que ambos se encuentran en una relación permanente, el hombre transformando al mundo sufre los efectos de su propia transformación

El estudio no se mide por el número de páginas leídas en una noche, ni por la cantidad de libros leídos en un semestre. Estudiar no es un acto de consumir ideas, sino de crearlas y recrearlas

Solo educadores autoritarios niegan la solidaridad entre el acto de educar y el acto de ser educados por los educandos

Todos nosotros sabemos algo. Todos nosotros ignoramos algo. Por eso, aprendemos siempre

La cultura no es atributo exclusivo de la burguesía. Los llamados "ignorantes" son hombres y mujeres cultos a los que se les ha negado el derecho de expresarse y por ello son sometidos a vivir en una "cultura del silencio"

Alfabetizarse no es aprender a repetir palabras, sino a decir la propia palabra

Defendemos el proceso revolucionario como una acción cultural dialogada conjuntamente con el acceso al poder en el esfuerzo serio y profundo de concientización

La ciencia y la tecnología, en la sociedad revolucionaria, deben estar al servicio de la liberación permanente de la HUMANIZACIÓN del hombre.

La lucha ya no se reduce a retrasar lo que acontecerá o asegurar su llegada; es preciso reinventar el mundo. La educación es indispensable en esa reinvención.

Jamás acepté que la práctica educativa debería limitarse sólo a la lectura de la palabra, a la lectura del texto, sino que debería incluir la lectura del contexto, la lectura del mundo.

Por el camino que inició Paulo Freire

EL PERIODISTA RAUL ZIBECHI SOBRE LA EDUCACION POPULAR EN LATINOAMERICA

El especialista estuvo dando una charla en Rosario y analizó el momento de la educación popular después de 30 años. Cómo hoy está dentro de los propios movimientos sociales y políticos y aún adoptada implícita o explicitamente, por los estados.

Por Alicia Simeoni

Foto: Alberto Gentilcore



Las posibilidades de la educación popular para dar cabida a la autoestima y a la fortaleza política de los sujetos sociales, como son los movimientos surgidos en la etapa del neoliberalismo en Latinoamérica; son analizadas por el periodista uruguayo y analista internacional, Raúl Zibechi. Este miembro del consejo de redacción del semanario Brecha de Uruguay y columnista de La Fogata Digital y del diario La Jornada, de Méjico, estuvo en Rosario para dar un seminario intensivo, justamente sobre el papel de la educación en los movimientos sociales que fue organizado por la Asociación del Magisterio de Santa Fe, seccional Rosario, la Asociación Trabajadores del Estado y el sindicato que nuclea a los docentes universitarios, COAD, junto a la Escuela de Ciudadanía de Rosario y al Centro de Apertura Multicultural en Pichincha. Las experiencias del Movimiento de los Sin Tierra (Brasil) y de los zapatistas (Méjico).
Zibechi piensa en los movimientos sociales a los que considera "de nuevo tipo", es decir "aquellos que nacen en el período neoliberal, en los últimos 20 años, y que tienen, según explica, una impronta diferente a los del período anterior para los que la formación venía, o bien de la academia o de los partidos políticos. "Se trataba de una formación externa a los movimientos, en cambio hoy tenemos un conjunto de experiencias", entre las que enumera a la Central de Trabajadores de la Argentina, y a Madres de Plaza de Mayo, "que buscan una formación propia, dirigida por sí mismos y no dependiente, aunque en relación, con la academia o los partidos políticos".
Cuando Zibechi habla de la educación en los movimientos menciona desde los más desarrollados en Latinoamérica, tal el caso de los Sin Tierra en Brasil o los zapatistas, en Méjico, hasta las acciones que pueden emprenderse en colectivos más pequeños, casi barriales. "Entiendo la educación popular más allá de lo que fue en su inicio el trabajo de Paulo Freire y tiene un sentido más amplio como la formación de la gente activa y organizada en movimientos. Una formación autocentrada y destinada a fortalecer al propio colectivo, a permitir que los saberes ya existentes, individuales y colectivos, se expresen, se expliciten y sirvan para darle cuerpo, autoestima, fuerza política e identidad al propio movimiento. La educación popular, después de tres décadas, se ha vuelto casi de un sentido común en la mayoría de los movimientos de nuevo tipo. Es difícil encontrar espacios en los que las reuniones no tengan algún sentido formativo, pedagógico", dijo a Rosario/12 .
Sobre la educación popular también se abre la nómina de algunos problemas, entre ellos uno al que Zibechi considera importante, que es el de la institucionalización. "Hoy encontramos educación popular en los ministerios sociales, así es en Uruguay y supongo que en el que está a cargo de Alicia Kirchner también. El estado asumió explícitamente, o no, la educación popular". La del Programa Juana Azurduy es una de las formas del Estado partiendo de las premisas de la educación popular.




-En el marco de esta alternativa educativa ¿todo es creatividad o se presentan dificultades?




-Cuando un movimiento político y social como la educacion popular triunfa, y hasta se instala como sentido común, surgen problemas nuevos y también interrogantes. ¿Hasta qué punto hoy la educación popular es un elemento que contribuye a la formación, organización y concientización de los sectores populares, o también contribuye al disciplinamiento?



-Como que se reprodujeran prácticas autoritarias...



-Sí, las lógicas disciplinantes. Es una pregunta con final abierto para la cual no hay una respuesta acabada, ya que hay que ver las prácticas concretas. Lo que se debe analizar es que no se agote esta forma de educación que es el empoderamiento, la autoestima y el fortalecimiento de un sujeto social. También hay que decir que la educación popular puesta en movimiento, en el seno de los movimientos, produjo, y sigue haciéndolo, un desarrollo de nuevas pedagogías. Esto es muy claro en experiencias como la de los Sin Tierra, que hace 25 años empezaron a trabajar el tema educativo en base a la pedagogía de Paulo Freire, y luego desarrollaron otras nuevas pedagogías y formas educativas que la superan, profundizan, enraizan y dan pie a lo que ellos denominan una pedagogía de la tierra. Así no hay una técnica ya prevista, sino la apropiación del conjunto de las concepciones y experiencias existentes para ponerlas en circulación, en movimiento y en cada situación adaptar aquellas que más sirven para fortalecer a un sujeto social.




-¿El destinatario es el sujeto social con todos los integrantes del movimiento?



-Yo diría que son las y los oprimidos organizados en colectivos del más variado tipo, rurales, urbanos en general, los pobres que asumen la educación popular y la hacen girar. También la profundizan y en las mejores prácticas tienden a modificar el rol del coordinador hasta convertirlo en uno más del colectivo, al punto que cuando la experiencia es potente, la relación sujeto-objeto en ese colectivo se diluye y hay un autoaprendizaje entre todos y circular. Cuando la formación y la educación son profundas, tienen un resultado no previsto. Por eso pueden verse algunos asentamientos de los Sin Tierra, como en el caso de la zona de Río Grande, donde hay instancias de evaluación colectiva y circular, unos van evaluando a otros. El rol del maestro, casi por encima, desaparece.
Zibechi señaló a este diario que hay que distinguir los conceptos y acciones que tienen que ver con la educación y con la formación. La primera está dedicada a los niños, en cambio la formación es, en general, la de los activistas, adultos.



http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/18-14902-2008-08-24.html

Territorios en resistencia
Raúl Zibechi acaba de publicar Territorios en resistencia - Cartografía política de las periferias urbanas latinoamericanas, una investigación sobre el significado geopolítico y lo que está en juego en esos territorios que crecen por fuera del mercado y el Estado. El rol de los gobiernos. Los planes sociales, las oenegés y la educación popular: las nuevas formas de dominación en la batalla por el control de los movimientos sociales.

Aquí, un regalo para los lectores de lavaca: la introducción de este trabajo indispensable para pensar cuáles son las estrategias de vida y resistencia que se están gestando alrededor de las grandes ciudades del continente.

Territorios en resistencia Cartografía política de las periferias urbanas latinoamericanas
Raúl Zibechi – (lavaca editora– 2008)

Introducción
En los últimos veinte años tuve la posibilidad de visitar múltiples rincones de América Latina, donde los de abajo se empeñan en convertir sus iniciativas colectivas para la sobrevivencia en espacios para resistir el sistema hegemónico. Pude conocer algunas experiencias notables, compartir con las y los actores sobre los modos y formas de construir sus vidas cotidianas, y luego ampliar lo allí convivido a través de abundante bibliografía.
Lo que aprendí junto a esos colectivos me reafirmó en la convicción de que en América Latina, al calor de las resistencias de los de abajo, se han ido conformando “territorios otros”, diferentes a los del capital y las multinacionales, que nacen, crecen y se expanden en múltiples espacios de nuestras sociedades. Puede objetarse que las formas de construcción de los movimientos indígenas en áreas donde habitan desde hace siglos, no deben compararse con las experiencias urbanas de los sectores populares. Las diferencias entre unos y otros son inocultables, empezando por el simple hecho de que la presencia estatal en esos lugares es débil, lo que facilita la existencia de formas de vida heterogéneas. Pero tampoco podemos dejar de lado, que las experiencias de esos sectores a menudo se entrelazan y que en no pocas ocasiones tienden a tomar camino, si no idénticos, por lo menos similares.
Las experiencias educativas, ancladas en lo bilingüe, los cuidados de la salud en base a los saberes ancestrales, la renovación y reconocimiento de la justicia y de formas de poder apoyadas en las tradiciones comunitarias, pueden servir para confirmar las inexorables diferencias entre el mundo rural indígena y el urbano popular. Es enteramente cierto que entre los indios de nuestro continente sobreviven y se han recreado tradiciones diferentes a las que vemos en los sectores populares urbanos, entre ellas, y de forma destacada, la lengua propia.
Pero no es menos cierto que los sectores populares son portadores de relaciones sociales también diferentes a las hegemónicas, aunque no asimilables a las de los indígenas. Sin embargo, no es a través de estudios de carácter antropológico o sociológico como podemos desentrañar el carácter de esas diferencias. Los pueblos, sus culturas y cosmovisiones, no pueden ser comprendidos desde metodologías de carácter “científico”, o sea, sólo a través de estudios cuantitativos y estructurales. No se trata de medir las diferencias sino de comprenderlas a través de su despliegue y su visibilización, de los rastros y realizaciones concretas que van dejando estelas y huellas, materiales y simbólicas.

Estoy firmemente convencido, como sugiere James Scott, de que los de abajo (ese amplio conglomerado que incluye a todos, y sobre todo todas, quienes sufren opresión, humillación, explotación, violencias, marginaciones...) tienen proyectos estratégicos que no formulan de modo explícito, o por lo menos no lo hacen en los códigos y modos practicados por la sociedad hegemónica. Detectar estos proyectos supone, básicamente, combinar una mirada de larga duración con un énfasis en los procesos subterráneos, en las formas de resistencia de escasa visibilidad pero que anticipan el mundo nuevo que los de abajo entretejen en la penumbra de su cotidianidad. Esto requiere una mirada capaz de posarse en las pequeñas acciones con la misma rigurosidad e interés que exigen las acciones más visibles y notables, aquellas que suelen “hacer historia”.
Larga duración, porque sólo en ella se despliega el proyecto estratégico de los de abajo, no como programa definido y delimitado sino a través de grandes trazos que apuntan en una dirección determinada. Esa dirección, en América Latina, nos habla de creación de territorios, rasgo diferencial de los movimientos sociales y políticos respecto a lo que sucede en otras latitudes. En paralelo, en la larga duración pueden hacerse visibles los pliegues internos –claves para comprender los proyectos de nuestros pueblos – que resultan invisibles al observador externo.
Aunque los territorios de los movimientos abren nuevas posibilidades para el cambio social, no representan, empero, ninguna garantía de transformación liberadora. En las periferias urbanas de muchas ciudades latinoamericanas, he visto territorios de la complejidad y la diversidad, de la construcción de relaciones sociales horizontales y emancipatorias donde se registran formas de vida heterogéneas, junto a territorios donde la dominación reviste las vulgares formas de la militarización vertical y excluyente. Transitar de un barrio a otro, cruzando apenas una avenida, puede representar un cambio brusco entre la dominación y la esperanza.
Como toda creación emancipatoria, los territorios urbanos están sometidos al desgaste ineludible del mercado capitalista, a la competencia destructiva de la cultura dominante, la violencia, el machismo, el consumo masivo y el individualismo, entre otros. Los territorios de los sectores populares urbanos –a los que está en gran parte dedicado este libro– nacieron y buscan crecer en el núcleo más duro de la dominación del capital, en las grandes ciudades que son sede natural de las viejas y nuevas formas de control social, que contribuyen a lubricar la acumulación de capital. Ya sea por la vía represiva o por la interiorización de la cultura neoliberal, estos emprendimientos han venido siendo acosados desde que nacieron, hace más o menos cuatro décadas, en todas las periferias urbanas de este continente. Con el tiempo, están aprendiendo a sortear este conjunto de adversidades, a veces desarmando algunos de sus más queridos proyectos, como me han enseñado los compañeros del Movimiento Social Dignidad, de Cipolletti. Para no ser atrapados por la lógica identitaria del capital, capaz de devorar todo aquello que se congela pese a haber sido creado con prácticas emancipatorias, los desocupados organizados de esa ciudad decidieron desarmar, o mejor, parar por un tiempo, los emprendimientos productivos, entre ellos la panadería y la bloquera, que les proporcionaban buenos ingresos. Para seguir avanzando, para comenzar a trabajar con aquellos que más necesidad tienen de movimiento –adolescentes, niños y niñas destrozados por la pobreza– se vieron forzados a poner en cuestión todo lo que venían haciendo, para abrirles un espacio en sus almas y en sus cuerpos, como hubiera dicho León Felipe.
Los territorios urbanos donde han arraigado los movimientos que trabajan por la emancipación, están sufriendo nuevas e inesperadas embestidas por parte de actores nacidos a menudo en el seno de esos mismos movimientos. Se trata de un proceso que se puede fechar hacia la década de 1990, con el acceso a los gobiernos municipales de fuerzas de izquierda como el Partido de los Trabajadores en Brasil y el Frente Amplio en Uruguay, y otras fuerzas de izquierda en una porción significativa de las ciudades latinoamericanas. De la mano de la “descentralización con participación”, se pusieron en marcha proyectos como el Presupuesto Participativo en Porto Alegre; experiencias que tuvieron nombres y protagonistas diferentes, pero características similares en otras urbes. Desde el punto de vista de los sectores populares organizados en movimientos, estas experiencias no fueron felices, ya que propiciaron la desarticulación de toda una camada de organizaciones populares, más allá de la voluntad de sus promotores. El problema que enfrenta la dominación en América Latina, es que en las últimas décadas las poblaciones se levantan, se insurreccionan, y desde el Caracazo de 1989 lo hacen de modo regular. El panóptico se ha vuelto arcaico: aunque sigue funcionando, no es el medio fundamental de control. Lo que se requiere para gobernar grandes poblaciones que cambian y buscan el cambio, son formas de control a distancia, más sutiles, que trabajen en relación de inmanencia respecto a las sociedades, y para eso los movimientos juegan un papel fundamental. De ahí la necesidad de contar con ellos, ya no reprimirlos y marginarlos.
Podemos decir que los estados que dirigen Lula, Kirchner y Tabaré Vázquez, por poner los ejemplos más obvios pero no los únicos, son hijos del arte de gobernar. Ya no estamos ante los estados benefactores o ante los estados neoliberales prescindentes, sino ante algo inédito, que sobre la base de la fragilidad heredada del modelo neoliberal busca desarrollar nuevas artes para mantenerlos en pie, dotarlos de mayor legitimidad y asegurar así su supervivencia siempre amenazada.

En la favelas de Brasil, en las villas de Argentina y en los asentamientos de Uruguay, los activistas sociales ya no están solos. Algunas décadas atrás, el Estado sólo aparecía vestido de uniforme policial o militar, o a través de caudillos patriarcales hoy en decadencia. Ahora el Estado reconoció el papel del territorio y de los movimientos territoriales, y los movimientos reconocen el nuevo papel del Estado. Y juntos, a partir de ese reconocimiento, están creando algo nuevo: las nuevas formas de dominación. Es éste un cambio de larga duración, destinado a introducir una poderosa cuña estatal en las periferias urbanas, pero ya no de un Estado puramente represivo sino algo más complejo y “participativo” que, no obstante, persigue el mismo fin: adelantarse a lo que pueda suceder, en suma, “evitar la revolución”. Es ahora un Estado capilar, porque gracias al arte de gobernar ha permeado los territorios de la pobreza con mucha mayor eficiencia que los caudillos clientelares del período neoliberal. Esos caudillos actuaban de modo vertical y autoritario, y por lo tanto siempre podían ser desbordados y, más aun, estaban destinados a ser desbordados.
Estamos transitando nuevas formas de dominación. Poco importa que vengan de la mano de fuerzas que se proclaman de izquierda, porque las nuevas artes de gobernar las desbordan y las incluyen a la vez. No es que las izquierdas se hayan propuesto hacerlo así, sino que les tocó gobernar en un período en el que están surgiendo nuevas gobernabilidades. En otras partes del mundo, Irak por ejemplo, algunas de estas “artes” las practican las tropas de ocupación de Estados Unidos. No interesa tanto quién sino cómo.
Lo que está en juego es la supervivencia misma de los movimientos, y de sus territorios como potenciales espacios de emancipación. En la medida que las nuevas formas de gobernar, que suelen ser ensayadas primero a escala municipal, desarticulan los movimientos sociales, pueden ser consideradas como parte del arsenal antisubversivo de los estados. Superar este desafío pasa, entre otros, por comprender lo que está cambiando, asumir las nuevas formas de dominación biopolíticas más allá de quienes las hagan rodar. Que sean las izquierdas las encargadas de hacerlo, no debería sorprender: el panóptico fue una creación de la Revolución Francesa, para enfrentar los desafíos que planteaba la caída del viejo régimen.
Siento, en consecuencia, que los conceptos y las palabras que habitualmente manejamos para describir y comprender nuestras realidades, son inadecuadas o insuficientes para interpretar, y acompañar estas sociedades en movimiento. Como si la capacidad de nombrar hubiera quedado atrapada en un período sobrepasado por la vida activa de nuestros pueblos. Buena parte de las hipótesis y análisis en los que crecimos y nos formamos quienes participamos en el ciclo de luchas de los 60 y 70 se han convertido, glosando a Braudel, en “prisiones de larga duración”. Muy a menudo acotan la capacidad creativa y nos condenan a reproducir lo ya sabido y fracasado. Un nuevo lenguaje, capaz de decir sobre relaciones y movimientos, debe abrirse paso en la maraña de conceptos creados para analizar estructuras y armazones organizativos.

Hacen falta expresiones capaces de captar lo efímero, los flujos invisibles para la mirada vertical, lineal, de nuestra cultura masculina, letrada y racional. Ese lenguaje aún no existe, debemos inventarlo en el fragor de las resistencias y las creaciones colectivas. O, mejor, aventarlo desde el subsuelo de la sociabilidad popular para que se expanda hacia las anchas avenidas en las que pueda hacerse visible y, así, ser adoptado, alterado y remodelado por las sociedades en movimiento. Necesitamos, en fin, poder nombrarnos de tal modo que seamos fieles al espíritu de nuestros movimientos, capaces de transmutar el miedo y la pobreza en luz.
Y tenemos que ser capaces de pensar y vivir en movimiento, como creo que sugieren los compañeros de Cipolletti. Porque los más castigados en nuestras sociedades, esos que no tienen nada que perder sino las cadenas (Marx), para existir, para conjurar la muerte y el olvido, deben mover-se, deslizarse del lugar heredado; en movimiento siempre, porque detenerse implica caer en el abismo de la negación, dejar de existir.
En esta etapa del capitalismo, nuestras sociedades otras sólo existen en movimiento, como tan bien nos enseñan las comunidades zapatistas, los indios de todas las Américas, los campesinos sin tierra y, cada vez más, los condenados de las periferias urbanas. El doble movimiento, la rotación sobre el propio eje y el traslado sobre el plano, son los dos modos complementarios de entender el cambio social: desplazamiento y retorno. En efecto, no alcanza con moverse, desplazarse del lugar material y simbólico heredado; hace falta, además, un movimiento como la danza, circular, capaz de horadar la epidermis de una identidad que no se deja atrapar porque cada giro la reconfigura.
El movimiento, como imagen de la sociedad otra, es, siguiendo al filósofo, la apuesta por la intensidad (flujo o movimiento) frente a la representación; siempre destinada a sacrificar el movimiento en el altar del orden. Cualquier orden. El trompo del cambio social está danzando, por sí mismo. No sabemos durante cuánto tiempo ni hacia dónde. La tentación de darle un empujón para acelerar el ritmo, puede detenerlo, más allá de la mejor voluntad de quien pretenda “ayudar”. Quizá, la mejor forma de impulsarlo sea la de imaginar que nosotros mismos somos parte del movimiento-zumbayllu; girando, danzando, todos y cada uno. Ser parte, aun sin tener el control del destino final.

En: http://lavaca.org/seccion/actualidad/1/1733.shtml

(Territorios en resistencia se puede conseguir Mu.Punto de Encuentro o escribiendo a editora@lavaca.org)

domingo, 24 de agosto de 2008

Pequeños universos


Pequeños universos - Canal Encuentro

sábado, 23 de agosto de 2008

Hacer la voz, hacer la palabra

Quienes conviven en la ética de la Soberanía Alimentaria nos muestran el camino para una Soberana Radiodifusión.

"La primera FM del país a energía solar"
!Otro mundo es posible!

Un abrazo solidario,
Ricardo.

Está en Las lomitas, Santiago del Estero
La primera FM del país a energía solar
Es la tercera emisora comunitaria creada por el Movimiento Campesino de la provincia para defender el derecho a la posesión de la tierra. La ayuda porteña. Y la curiosidad de los europeos por el proyecto.
Fernanda Nicolini
10.08.2008












Todos contentos. Una vez que los paneles están cargados, la radio puede funcionar durante cinco días.

Es de noche y el Tucumano está allá arriba, colgado en la punta de una antena de 42 metros clavada en el monte santiagueño. No hay Luna, así que todo depende de su linterna y de su equilibrio. Abajo, varias personas se apretujan en un estudio y esperan con ansiedad contenida que la maquinaria de cables y botones funcione.“¿Y? ¿Anda?” “No, todavía no.” El Tucumano, que ahora está en tierra firme sugiere que cambien unos cables. “¿Y ahora?” “¡Anda!” Al micrófono, Margarita, de 17 años, transmite: “Muy buenas noches, aquí estamos en el paraje Las Lomitas, en una de las radios del Mocase Vía Campesina. Es la primera vez que salimos al aire, nos llamamos Paj Sachama, que significa vuelo del monte, y estamos funcionando con energía solar”. Aplausos, abrazos y Charly García de fondo que canta: “Alguien en el mundo piensa en mí”.

Una escena similar se repitió en abril de 2003 cuando se inauguró en Quimilí la primera radio comunitaria del Movimiento Campesino de Santiago del Estero (Mocase), instalada con la ayuda de los fundadores de la FM porteña La Tribu. Ernesto Lamas –uno de ellos– lo va a recordar rumbo a Las Lomitas: “Hace ocho años llegó a La Tribu un documento del Mocase en el que hacían una feroz autocrítica por no saber cómo comunicar lo que hacían, y una alternativa era armar una radio”. A principios de 2000 miembros del Mocase se reunieron con directivos de La Tribu, y después de superar algunas desconfianzas (llegaron a preguntarnos: “¿Pero ustedes no nos quieren usar, no?”, dice Lamas), el proyecto –que consiguió financiación de municipalidades andaluzas– derivó en la instalación de cinco radios. Tres ya están funcionando y son operadas, en algunos casos, por campesinos que aprendieron a leer y escribir empujados por las ganas de salir al aire. Entre ellas está la flamante Paj Sachama, allí donde la electricidad no llega pero el sol sí: es la primera radio comunitaria a energía solar en la Argentina.

TIERRA MODELO.
El Mocase –hoy dividido en tres ramas– nació en 1990 ante una necesidad de los campesinos santiagueños de organizarse para defender sus tierras frente a poseedores de títulos fraguados. La rama del Mocase más numerosa es la alineada con la Vía Campesina, agrupa a unas nueve mil familias, no se organiza de manera jerárquica y promueve, además de la defensa de la tierra amparados en la posesión veinteñal, la independencia económica basada en el concepto de soberanía alimentaria: autoabastecerse.

La central de Quimilí, a 200 km al noreste de la capital provincial, es una muestra modelo de la dinámica del movimiento. Tan modelo que del Primer Mundo se vienen al culo del mundo para verla. Como este grupo de 30 españoles de Ingenieros sin Fronteras que se asombran por la fábrica de queso que se alimenta con energía solar, por la escuela de agroecología, por el proyecto de biogás con suero y bosta de chancho. Y no es moda ecológica para los campesinos no usar pesticidas ni semillas modificadas: siempre fue así. De ahí que para ellos el triunfo de la soja en el “conflicto del campo”, signifique más contaminación con glifosato (el herbicida usado para la soja prohibido en casi todo el mundo) y la pérdida de variedad de cultivos.

MONTE ADENTRO.
Para llegar a Las Lomitas desde Buenos Aires hay que hacer 950 kilómetros al Norte, hasta Quimilí. Mientras se atraviesa Santiago del Estero, uno imagina que esos campos de sospechoso verde antes eran puro monte: la soja borró el desierto, pero también sus árboles achaparrados. Hace tiempo que el paisaje es otro. Desde Quimilí, el itinerario indica otros 400 kilómetros hacia el límite con Tucumán, hasta llegar a la boca del monte que todavía resiste: en San José del Boquerón se abre una huella arenosa que lleva a Las Lomitas y que con cada vuelta de neumático, se eriza en remolinos de polvo blanco.

La central del Mocase de Las Lomitas reúne a 110 familias que viven desperdigadas en unos 70 kilómetros cuadrados. Allí elaboran zapallo y zanahoria en almíbar y envasan miel. Cada quince días, se reúnen para decidir temas del movimiento, muchas veces ligados a amenazas de desalojo o a los ataques que, según consta en denuncias hechas ante Naciones Unidas, reciben de grupos paramilitares.

Pero hoy todo es distinto. Los esfuerzos están puestos en la primera transmisión de Paj Sachama. Cacho se apura a lavar los paneles solares y explica: “Una vez que la batería cargó, alcanza para cinco días. Es un sistema caro de instalar, pero después no tiene casi costo”. Cacho hizo un curso en energías alternativas y también tuvo su programa en la radio Del Monte, en Quimilí. “Lo interesante de esta radio en Las Lomitas es que le vamos a llevar información a la gente que de otro modo no se entera. Y sabemos que si estamos informados podemos defendernos.” A pocos metros, en su rancho, está Ramón. Troza un cabrito –uno de los 200 que nacieron hace poco– para el festejo de la noche y con cada hachazo del cuchillo, desafía sus setenta años: “Mi padre vivió hasta los 110. Nosotros nos curamos con las hierbas del monte, somos indígenas lule-vilela”. Ramón, que participó de varios congresos del MST en Brasil, habla con conciencia de posesión mutua: él pertenece a este lugar, por eso este lugar le pertenece.

“Pero hay muchos que no lo entienden todavía.” El que lo dice es Juan, uno de los locutores que estará a cargo de un programa de la FM de Las Lomitas. “La idea es juntar compañeros a través de la radio, si estamos solos no hacemos nada. Hace dos semanas aparecieron unos tipos en Corral Quemado que reclamaban 600 hectáreas. Nosotros los corrimos porque tenemos en claro que poseemos la tierra, y que si estos tipos vienen y plantan soja, nos matan todo y nos dejan en la miseria.”

Juan va a repetir esto cuando tenga su programa al aire. Pero ahora, frente al micrófono de la Paj Sachama, ya se formó cola: todos quieren hablar, mandar saludos, dedicar un chamamé. “Para ellos la radio es una herramienta política y para nosotros es esa magia que se genera entre personas que unas horas antes sólo tenían la idea rebelde de ocupar un espacio y que ahora pueden gestionar un medio propio sin depender de nadie”, dice Lamas antes de subirse al móvil de La Tribu, ese que a fin de año va a volver al polvo santiagueño para concretar la cuarta FM del Mocase, en el pueblo de Pinto.

http://www.criticadigital.com/impresa/index.php?secc=nota&nid=9643

sábado, 16 de agosto de 2008

de Cronopios


A fondo - Julio Cortázar - CANAL ENCUENTRO

Relojes
Un fama tenía un reloj de pared y todas las semanas le daba cuerda CON GRAN CUIDADO. Pasó un cronopio y al verlo se puso a reir, fue a su casa e inventó el reloj-alcachofa o alcaucil, que de una y otra manera puede y debe decirse.
El reloj alcaucil de este cronopio es un alcaucil de la gran especie, sujeto por el tallo a un agujero de la pared. Las innumerables hojas del alcaucil marcan la hora presente y además todas las horas, de modo que el cronopio no hace más que sacarle una hoja y ya sabe una hora. Como las va sacando de izquierda a derecha, siempre la hoja da la hora justa, y cada día el cronopio empieza a sacar una nueva vuelta de hojas. Al llegar al corazón el tiempo no puede ya medirse, y en la infinita rosa violeta del centro el cronopio encuentra un gran contento, entonces se la come con aceite, vinagre y sal, y pone otro reloj en el agujero.



Haga como si estuviera en su casa
Una esperanza se hizo una casa y le puso una baldosa que decía: Bienvenidos los que llegan a este hogar.

Un fama se hizo una casa y no le puso mayormente baldosas.

Un cronopio se hizo una casa y siguiendo la costumbre puso en el porche diversas baldosas que compró o hizo fabricar. Las baldosas estaban colocadas de manera que se las pudiera leer en orden. La primera decía: Bienvenidos los que llegan a este hogar. La segunda decía: La casa es chica, pero el corazón es grande. La tercera decía: La presencia del huésped es suave como el césped. La cuarta decía: Somos pobres de verdad, pero no de voluntad. La quinta decía: Este cartel anula todos los anteriores. Rajá, perro.



Los exploradores
Tres cronopios y un fama se asocian espeleológicamente para descubrir las fuentes subterráneas de un manantial. Llegados a la boca de la caverna, un cronopio desciende sostenido por los otros, llevando a la espalda un paquete con sus sandwiches preferidos (de queso). Los dos cronopios-cabrestante lo dejan bajar poco a poco, y el fama escribe en un gran cuaderno los detalles de la expedición. Pronto llega un primer mensaje del cronopio: furioso porque se han equivocado y le han puesto sandwiches de jamón. Agita la cuerda y exige que lo suban. Los cronopios-cabrestante se consultan afligidos, y el fama se yergue en toda su terrible estatura y dice: NO, con tal violencia que los cronopios sueltan la soga y acuden a calmarlo. Están en eso cuando llega otro mensaje, porque el cronopio ha caído justamente sobre las fuentes del manantial, y desde ahí comunica que todo va mal, entre injurias y lágrimas informa que los sandwiches son todos de jamón, que por más que mira y mira, entre los sandwiches de jamón no hay ni uno solo de queso.



Viajes
Cuando los famas salen de viaje, sus costumbres al pernoctar en una ciudad son las siguientes: Un fama va al hotel y averigua cautelosamente los precios, la calidad de las sábanas y el color de las alfombras. El segundo se traslada a la comisaría y labra un acta declarando los muebles e inmuebles de los tres, así como el inventario del contenido de sus valijas. El tercer fama va al hospital y copia las listas de los médicos de guardia y sus especialidades.
Terminadas estas diligencias, los viajeros se reúnen en la plaza mayor de la ciudad, se comunican sus observaciones, y entran en el café a beber un aperitivo. Pero antes se toman de las manos y danzan en ronda. Esta danza recibe el nombre de "Alegría de los famas".
Cuando los cronopios van de viaje, encuentran los hoteles llenos, los trenes ya se han marchado, llueve a gritos, y los taxis no quieren llevarlos o les cobran precios altísimos. Los cronopios no se desaniman porque creen firmemente que estas cosas les ocurren a todos, y a la hora de dormir se dicen unos a otros: "La hermosa ciudad, la hermosísima ciudad". Y sueñan toda la noche que en la ciudad hay grandes fiestas y que ellos están invitados. Al otro día se levantan contentísimos, y así es como viajan los cronopios.
Las esperanzas, sedentarias, se dejan viajar por las cosas y los hombres, y son como las estatuas que hay que ir a ver porque ellas no se molestan.


El almuerzo
No sin trabajo un cronopio llegó a establecer un termómetro de vidas. Algo entre termómetro y topómetro, entre fichero y curriculum vitae.
Por ejemplo, el cronopio en su casa recibía a un fama, una esperanza y un profesor de lenguas. Aplicando sus descubrimientos estableció que el fama era infra-vida, la esperanza para-vida, y el profesor de lenguas inter-vida. En cuanto al cronopio mismo, se consideraba ligeramente super-vida, pero más por poesía que por verdad.
A la hora del almuerzo este cronopio gozaba en oír hablar a sus contertulios, porque todos creían estar refiriéndose a las mismas cosas y no era así. La inter-vida manejaba abstracciones tales como espíritu y conciencia, que la para-vida escuchaba como quien oye llover -tarea delicada. Por supuesto la infra-vida pedía a cada instante el queso rallado, y la super-vida trinchaba el pollo en cuarenta y dos movimientos, método Stanley Fitzsimmons. A los postres las vidas se saludaban y se iban a sus ocupaciones, y en la mesa quedaban solamente pedacitos sueltos de la muerte.



Conservación de los recuerdos
Los famas para conservar sus recuerdos proceden a embalsamarlos en la siguiente forma: Luego de fijado el recuerdo con pelos y señales, lo envuelven de pies a cabeza en una sábana negra y lo colocan parado contra la pared de la sala, con un cartelito que dice: "Exculsión a Quilmes", o: "Frank Sinatra".
Los cronopios, en cambio, esos seres desordenados y tibios, dejan los recuerdos sueltos por la casa, entre alegres gritos, y ellos andan por el medio y cuando pasa corriendo uno, lo acarician con suavidad y le dicen: "No vayas a lastimarte", y también: "Cuidado con los escalones". Es por eso que las casas de los famas son ordenadas y silenciosas, mientras que en las de los cronopios hay gran bulla y puertas que golpean. Los vecinos se quejan siempre de los cronopios, y los famas mueven la cabeza comprensivamente y van a ver si las etiquetas están todas en su sitio.


Pañuelos
Un fama es muy rico y tiene sirvienta. Este fama usa un pañuelo y lo tira al cesto de los papeles. Usa otro y lo tira al cesto. Va tirando al cesto todos los pañuelos usados. Cuando se le acaban, compra otra caja.
La sirvienta recoge los pañuelos y los guarda para ella. Como está muy sorprendida por la conducta del fama, un día no puede contenerse y le pregunta si verdaderamente los pañuelos son para tirar.
-Gran idiota- dice el fama-, no había que preguntar. Desde ahora lavarás mis pañuelos y yo ahorraré dinero.



Historia
Un cronopio pequeñito buscaba la llave de la puerta de calle en la mesa de luz, la mesa de luz en el dormitorio, el dormitorio en la casa, la casa en la calle. Aquí se detenía el cronopio, pues para salir a la calle precisaba la llave de la puerta.


El canto de los cronopios
Cuando los cronopios cantan sus canciones preferidas, se entusiasman de tal manera que con frecuencia se dejan atropellar por camiones y ciclistas, se caen por la ventana, y pierden lo que llevaban en los bolsillos y hasta la cuenta de los días.
Cuando un cronopio canta, las esperanzas y los famas acuden a escucharlo aunque no comprenden mucho su arrebato y en general se muestran algo escandalizados. En medio del corro el cronopio levanta sus bracitos como si sostuviera el sol, como si el cielo fuera una bandeja y el sol la cabeza del Bautista, de modo que la canción del cronopio es Salomé desnuda danzando para los famas y las esperanzas que están ahí boquiabiertos y preguntándose si el señor cura, si las conveniencias. Pero como en el fondo son buenos (los famas son buenos y las esperanzas bobas), acaban aplaudiendo al cronopio, que se recobra sobresaltado, mira en torno y se pone también a aplaudir, pobrecito.

Julio Cortázar. Historias de Cronopios y de Famas. Ed. Alfaguara, Buenos Aires, 1992.

miércoles, 13 de agosto de 2008

Volver a hacer la historia


Evo Morales - Organización de las Naciones Unidas

Querid@s amig@s
Queremos compartir hoy a modo de homenaje y celebración, estas palabras de uno de los grandes protagonistas de lo que estamos viviendo hoy en América Latina, de lo que podemos volver a soñar y proyectar, por eso lo abrazamos desde todos los rincones de este saqueado continente.


Y para revalorar aún más lo que esto significa y conectarnos con la envergadura del proceso del que estamos siendo parte, les proponemos volver a leer lo que el maestro Galeano nos decía en 1990, al principio de la década en la que nos quisieron convencer de que no teníamos pasado para limitar los sueños de futuro de nuestro pueblo, esos sueños que son el primer paso de los procesos revolucionarios.


Por algo será que hay sectores tan escandalizados con las políticas que se van fortaleciendo en América Latina... mi abuelo decía que "cuando el río suena, es porque agua trae". Es relevante que podamos hacer esta lectura porque tenemos una responsabilidad histórica, se lo debemos a nuestros muertos, se lo debemos a nuetros hijos, nos lo debemos a nosotros mismos.



La teoría del fin de la Historia: el desprecio como destino


por Eduardo Galeano


1
¿Fin de la historia? Para nosotros, no es ninguna novedad. Hace ya cinco siglos, Europa decretó que eran delitos la memoria y la dignidad en América. Los nuevos dueños de estas tierras prohibieron recordar la historia, y prohibieron hacerla. Desde entonces, sólo podemos aceptarla.



2
Pieles negras, pelucas blancas, coronas de luces, mantos de seda y pedrería: en el carnaval de Río de Janeiro, los muertos de hambre sueñan juntos y son reyes por un rato. Durante cuatro días, el pueblo más musical del mundo vive su delirio colectivo. Y el miércoles de cenizas, al mediodía, se acabó la fiesta. La policía se lleva preso a quien siga disfrazado. Los pobres se despluman, se despintan, se arrancan las máscaras visibles, máscaras que desenmascaran, máscaras de la libertad fugaz, y se colocan las otras máscaras, invisibles, negadoras de la cara: las máscaras de la rutina, la obediencia y la miseria. Hasta que llegue el próximo carnaval, las reinas vuelven a lavar platos y los príncipes a barrer las calles.
Ellos venden diarios que no saben leer, cosen ropas que no pueden vestir, lustran autos que nunca serán suyos y levantan edificios que jamás habitarán. Con sus brazos baratos, ellos brindan productos baratos al mercado mundial.
Ellos hicieron Brasilia, y de Brasilia fueron expulsados.
Cada día ellos hacen el Brasil, y el Brasil es su tierra de exilio.
Ellos no pueden hacer la historia. Están condenados a padecerla.


3
Fin de la historia. El tiempo se jubila, el mundo deja de girar. Mañana es otro nombre de hoy. La mesa está servida, y la civilización occidental no niega a nadie el derecho de mendigar las sobras.
Ronald Reagan despierta y dice: "La guerra fría acabó. Hemos ganado". Y Francis Fukuyama, un funcionario del Departamento de Estado, gana súbitamente éxito y fama descubriendo que el fin de la guerra fría es el fin de la historia. El capitalismo, que dice llamarse democracia liberal, es el puerto de lleegada de todos los viajes, "la forma final de gobierno humano".
Horas de gloria. Ya no existe la lucha de clases y al Este ya no hay enemigos, sino aliados. El mercado libre y la sociedad de consumo conquistan el consenso universal, que había sido demorado por el desvío histórico del espejismo comunista. Como quería la Revolución Francesa, ahora somos todos libres, iguales y fraternales. Y todos propietarios. Reino de la codicia, paraíso terrenal.
Como Dios, el capitalismo tiene la mejor opinión sobre sí mismo, y no hay duda de su propia eternidad.


4
Bienvenida sea la caída del muro de Berlín, dice un diplomático peruano, Carlos Alzamora, en un artículo reciente; pero dice que el otro muro, el que separa al mundo pobre del mundo opulento, está más alto que nunca. Un apartheid universal: los brotes de racismo, intolerancia y discriminación, cada vez más frecuentes en Europa, castigan a los intrusos que saltan ese alto muro para meterse en la ciudadela de la prosperidad.
Y a la vista está. El muro de Berlín ha uerto de buena muerte, pero no alcanzó a cumplir treinta años de vida, mientras que el otro muro celebrará muy pronto sus cinco siglos de edad. El intercambio desigual, la extorsión financiera, la sangría de capitales, el monopolio de la tecnología y de la información y la alienación cultural son los ladrillos que día a día se agregan, a medida que crece el drenaje de riqueza y soberanía desde el Sur hacia el Norte del mundo.


5
Con el dinero ocurre al revés que con las personas: cuanto más libre, peor. El neoliberalismo económico, que el Norte impone al Sur como fin de la historia, como sistema único y último, consagra la opresión bajo la bandera de la libertad. En el mercado libre es natural la victoria del fuerte y legitima la aniquilación del débil. Así se eleva el racismo a la categoría de doctrina económica. El Norte confirma la justicia divina: Dios recompensa a los pueblos elegidos y castiga a las razas inferiores, biológicamente condenadas a la pereza, la violencia y la ineficacia. En un día de trabajo, un obrero del Norte gana más que un obrero del Sur en medio mes.


6
Salarios de hambre, costos bajos, precios de ruina en el mercado mundial.
El azúcar es uno de esod productos latinoamericanos condenados a la inestabilidad y la caída. Durante muchos años, hubo una excepción: la Unión Soviética ha pagado, y paga todavía, un precio equilibrado por el azúcar de Cuba. Ahora, en plena euforia, el capitalismo triunfante se frota las manos. Hay bastantes indicios de que ese pacto comercial no va a durar mucho tiempo más. Y a nadie se le ocurre pensar que esa excepción ejemplar pudiera anunciar la posible creación de un nuevo orden internacional más justo, una alternativa al sistemático saqueo que los técnicos llaman "deterioro de los términos de intercambio". No: si los soviéticos pagan todavía buen precio por el azúcar cubano, eso no hace más que probar las diabólicas intenciones que han guiado los malos pasos de Moscú, que se metía donde no debía cuando usaba cuernos, tridente y rabo.
El orden vigente es el único orden posible: el comercio ladrón es el fin de la historia.


7
Preocupado por el colesterol, olvidado del hambre, el Norte practica, sin embargo, la caridad. La Madre Teresa de Calcuta es más eficiente que Carlos Marx. La ayuda del Norte al Sur es muy inferior a las limosnas solemnemente comprometidas ante las Naciones Unidas, pero sirve para que el Norte coloque la chatarra de guerra, mercancías sobrantes y proyectos de desarrollo que subdesarrollan al Sur y multiplican la hemorragia para curar la anemia.
Mientras tanto, en los últimos cinco años, el Sur ha donado al Norte una suma infinitamente mayor, equivalente a dos planes Marshall en valores constantes, por concepto de intereses, ganancias, royalties y diversos tributos coloniales. Y mientras tanto, los bancos acreedores del Norte destripan a los Estados deudores del Sur, y se quedan con nuestras empresas públicas a cambio de nada.
Menos mal que el imperialismo no existe. Ya nadie lo menciona: por lo tanto, no existe. También esa historia se acabó.


8
Pero, si los imperios y sus colonias yacen en las vitrinas del museo de antigüedades, ¿por qué los países dominantes siguen armados hasta los dientes? ¿Por el peligro soviético? Esa coartada ya no se la creen ni los soviéticos. Si la cortina de hierro se ha derretido y los malos de ayer son los buenos de hoy, ¿por qué los poderosos siguen fabricando y vendiendo armas y miedo?
El presupuesto de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos es mayor que la suma de todos los presupuestos de educación infantil en el llamado Tercer Mundo. ¿Despilfarro de recursos? ¿O recursos para defender el despilfarro? La organización desigual del mundo, que simula ser eterna, ¿podría sostenerse un sólo día más si se desarmaran los países y las clases sociales que se han comprado el planeta?
Este sistema enfermo de consumismo y arrogancia, vorazmente lanzado al arrasamiento de tierras, mares, aires y cielos, monta guardia al pie del alto muro del poder. Duerme con un solo ojo, y no le faltan motivos.
El fin de la historia es su mensaje de muerte. El sistema que sacraliza el caníbal orden internacional, nos dice: "Yo soy todo. Después de mí, nada".


9
Desde la pantalla de una computadora, se decide la buena o mala suerte de millones de seres humanos. En la era de las superempresas y la supertecnología, unos son mercaderes y otros somos mercancías. La magia del mercado fija el valor de las cosas y de la gente.
Los productos latinoamericanos valen cada vez menos. Nosotros, los latinoamericanos, también.
El Papa de Roma ha condenado enérgicamente el fugaz bloqueo, o amenaza de bloqueo, contra Lituania, pero el Santo Padre nunca dijo ni pío sobre el bloqueo contra Cuba, que ya lleva treinta años, ni sobre el bloqueo contra Nicaragua, que duró diez. Normal. Y normal es, ya que tan poco valemos los latinoamericanos vivos, que nuestros muertos se coticen cien veces menos que las víctimas del hoy desintegrado Imperio del Mal. Noam Chomsky y Edward Herman se han tomado el trabajo de medir el espacio que merecemos en los principales medios norteamericanos de comunicación. Jerzy Popieluszko, sacerdote asesinado por el terror de Estado en Polonia, en 1984, ha ocupado más espacio que la suma de cien sacerdotes asesinados por el terror de Estado en América Latina en estos últimos años.
Nos han impuesto el desprecio como costumbre. Y ahora nos venden el desprecio como destino.


10
El Sur aprende geografía en mapamundis que lo reducen a la mitad de su tamaño real. Los mapamundis del futuro, ¿lo borrarán del todo?
Hasta ahora, América Latina era la tierra del futuro.
Cobarde consuelo; pero algo era.
Ahora nos dicen que el futuro es el presente.



Eduardo Galeano, Ser como ellos y otros artículos, Siglo Veintiuno Editores, 1992.

domingo, 10 de agosto de 2008

Medios y conflictos escolares

MEDIOS Y COMUNICACION

O. Tobío analiza el conflicto permanente que la actualidad massmediática genera en los procesos educativos. Nota publicada en Página 12 el 06/08/08

Por Omar Tobío *

El ministro Juan Carlos Tedesco afirmó en una entrevista (Página 12, 28/07/08) que los medios le están haciendo el juego a la indisciplina que los chicos plantean con la difusión de sus filmaciones colgadas en Internet. Lo dicho es cierto, aunque es importante destacar que los hechos difundidos son situaciones de excepción, de conflictos de “alta intensidad” frente a un permanente conflicto de “baja intensidad” presente en gran parte del sistema educativo. En efecto, los profesores de distintas escuelas señalan en sus relatos que a los alumnos “no les interesa nada”, pero que la situación, aunque fastidiosa, es manejable. Pero esto no es lo novedoso: siempre hubo materias (a veces todas) que resultaban insoportables para los alumnos. Hasta hace tres décadas a un profesor le bastaba con saber la propia disciplina y algunos rudimentos de pedagogía y didáctica para sentirse útil en el marco de la ficción compartida que aseguraba que en la escuela se aprendía. Esa ficción requería y se apoyaba en un potente sistema coercitivo para los alumnos, siendo en realidad ahora lo novedoso la caída de ese dispositivo y no que a los chicos “no les interese nada”. Esta caída, a su vez, arrastró consigo a la palabra autorizada de los saberes disciplinares instituidos, quedándose los docentes sin ese respaldo. Ante la crisis de la educación enciclopédica hubo que salir a emparchar la situación enseñando procesos históricos o dinámicas sociogeográficas, con la nueva dificultad que impone la actualidad massmediática: en el mejor de los casos los documentales por cable pueden competir con el discurso docente y en el peor será el movilero de los canales de televisión quien cree que explica complejos procesos sociales (como las rutas que se cortan, el problema de los pueblos originarios tras la tala en la selva o los pasajeros enfurecidos por un paro de transporte) diciendo cualquier disparate “desde el lugar de los hechos”. Así, el saber docente se torna banal para los alumnos y ya ni siquiera merecedor de respeto. El profesor, destituido, canaliza como puede el conflicto de baja intensidad emergente: pocos escuchan, otros hablan, se paran, salen, entran, tiran papeles, se graban... Hasta que, a veces, se produce un desborde: la imagen difundida por la televisión de la emergencia de un pico de “alta intensidad” en el conflicto escolar con una profesora intentando seguir dando clase fingiendo ignorar a un alumno que le faltaba el respeto lo expresa cabalmente.

Se impone, entonces, una pregunta: ¿cómo hacer para promover un cambio de la posición docente a fin de bosquejar la elaboración de un nuevo dispositivo pedagógico democrático en este contexto, independientemente de esperar algún tipo de consideración ética por parte de los canales de televisión frente a la difusión de la “alta intensidad”? Además de agregar formación en valores, adicciones o convivencia, convendría preguntarse cuáles son las posibilidades reales que tuvieron y tienen los profesores para pensar el sentido de su accionar porque ahora, además también se hace evidente la necesidad de constituirse en un sujeto político comprometido para formar a otros sujetos políticos por medio de la propia disciplina, ya sea esta Geografía, Historia o cualquier otra, lo que implica recuperar la propia palabra. Esto también significa poder decir algo frente al festín con el que se han regodeado algunos animadores de noticieros televisivos entrevistando a la profesora de la escuela de Temperley a la cual sus alumnos intentaron quemarle el pelo y le colocaron un preservativo en la cabeza, quien, frente a las cámaras, apenas pudo balbucear alguna explicación confusa y contradictoria sobre lo sucedido, lo cual no pudo ser contrastado con otro discurso docente potente que produjese otros efectos de sentido frente a lo acontecido.

No obstante, lejos de las cámaras y los micrófonos, hay indicios concretos, claras señales, de intentos de colectivos docentes de tomar la palabra. No como retórica vacía sino como posibilidad de explorar y construir un pensamiento elaborado desde cada experiencia puntual puesta en diálogo y articulación con la de otros compañeros docentes, en una tarea de búsqueda de equivalencias entre las experiencias para –desde allí– llenar las palabras vaciadas en esta destituyente conflictiva escolar. Este trabajo continúa sin perder de vista que acaso, alguna vez, llegue un acompañamiento desde las más altas esferas gubernamentales para contribuir a que este frágil florecimiento pueda aportar materiales simbólicos para la construcción de una política de Estado tanto en lo relativo a la formación inicial docente como para facilitar el tender una mano a quienes ya están constreñidos por las redes destituyentes de los conflictos de baja intensidad escolar.

* Docente-investigador. Director de la Licenciatura en Enseñanza de las Ciencias Sociales, Escuela de Humanidades, UNSAM.

jueves, 7 de agosto de 2008

Victoria Clara






30 años de Abuelas de Plaza de Mayo - CANAL ENCUENTRO


Victoria Clara - BERSUIT VERGARABAT

lunes, 4 de agosto de 2008

Memoria


Ñanderu, el creador - Guaraníes - Pueblos originarios - CANAL ENCUENTRO

Ayelen tenía cuatro años y un día me dijo sorprendida: "Yo me di cuenta de que no puedo olvidarme de lo que no se, solamente de lo que se puedo olvidarme o acordarme"

Sabias palabras.

domingo, 3 de agosto de 2008

La ignorancia genera muerte

ACUERDO INEDITO EN AMERICA LATINA Y EL CARIBE PARA PROMOVER LA EDUCACION SEXUAL
“La ignorancia genera muerte”
Los ministros de Educación y Salud de 29 países latinoamericanos y del Caribe, entre ellos Argentina, firmaron en México un compromiso histórico para promover en cada país la educación sexual desde la infancia como herramienta clave contra el sida.

Por Mariana Carbajal

Desde México DF
La ignorancia genera muerte. Con esa idea central, 29 países latinoamericanos y del Caribe –entre ellos Argentina– firmaron ayer aquí un histórico acuerdo: se comprometieron a promover la educación sexual integral basada en los derechos humanos desde la infancia como herramienta estratégica clave para luchar contra la epidemia de sida. Se consensuó, entre otros temas, que en los programas se debe enseñar como medida de prevención el uso del preservativo en forma correcta y consistente.
La declaración fue suscripta como cierre de la primera reunión de ministros de Educación y Salud para detener el VIH en el continente que se realizó ayer en esta ciudad, en el marco de las actividades previas al inicio de la XVII Conferencia Internacional de Sida que empieza mañana. Se definieron metas: en siete años, cada país tendrá que haber reducido en un 75 por ciento las brechas en el número de escuelas que actualmente no han institucionalizado programas de ese tipo y en 50 por ciento la brecha en adolescentes y jóvenes que hoy carecen de cobertura de servicios de salud “para atender apropiadamente sus necesidades de salud sexual y reproductiva”. Argentina estuvo representada por el viceministro de Educación, Alberto Sileoni, quien en diálogo con PáginaI12 evaluó que el “gran desafío” para el país es que los contenidos básicos curriculares sobre educación sexual recientemente aprobados por todas las provincias “se lleven efectivamente a las aulas”. “Argentina hizo un gran camino pero todavía falta mucho”, admitió el viceministro.
La primera reunión de ministros de Educación y Salud para frenar el VIH y las infecciones de transmisión sexual en Latinoamérica y el Caribe fue convocada por el gobierno anfitrión junto con distintas agencias de Naciones Unidas. Se realizó ayer en la Cancillería. La ministra de Educación Pública mexicana, Josefina Vázquez Mota, abrió el encuentro y llamó a no minimizar la discriminación contra las personas con VIH-sida y consideró que es “urgente una agenda de prevención para salvar millones de vidas”. Los directores ejecutivos de Onusida, Peter Piot, y del Fondo de Población de la ONU, Thoraya Ahmed Obaid, participaron de la inauguración.
El día anterior, equipos técnicos de los 29 países de Latinoamérica y el Caribe presentes avanzaron en el borrador de la declaración final, que ayer fue afinada y suscripta como broche de oro. Estados Unidos y Canadá participaron como observadores. Uno de los expositores invitados fue el investigador norteamericano Douglas Kirby, reconocido internacionalmente como autor de una treintena de estudios sobre la conducta sexual de adolescentes y la efectividad de programas de educación sexual aplicados en diversos contextos.
La necesidad de una relación “sinérgica” entre las áreas de Salud y Educación para consensuar políticas de prevención entre los adolescentes y los jóvenes fue uno de los acuerdos alcanzados. Hubo otros de gran importancia:
- Se deben promover programas de educación sexual integral basados en la evidencia científica. En ese sentido, se dejó en claro que se debe incluir la enseñanza de medidas de prevención de VIH como el uso del condón masculino y femenino en forma correcta y consistente. Y no la abstinencia sexual como eje principal. Además, se enfatizó que una educación de esa naturaleza “no acelera el inicio de la vida sexual ni la frecuencia de las relaciones” y, en cambio, “promueve la autonomía individual para decidir el momento” del debut, de acuerdo con múltiples investigaciones.
- Los programas deben tener una “perspectiva amplia que, en el marco de los derechos humanos, incluya aspectos biológicos, éticos, afectivos, sociales, culturales, de género y sobre la diversidad de orientaciones e identidades sexuales, que generen asimismo el respeto de las diferencias y rechacen toda forma de discriminación”.
- Los países deben asegurar que los servicios de salud brinden a las y los adolescentes y jóvenes que lo requieran acceso efectivo a consejería y pruebas de detección de infecciones de transmisión sexual (ITS) y VIH; atención integral de ITS; condones y educación sobre su uso correcto y consistente; orientación sobre decisiones reproductivas, incluyendo a personas con VIH, así como el tratamiento para el uso problemático de drogas y alcohol.
En Argentina, estos ejes están contemplados en los contenidos básicos curriculares de educación sexual elaborados desde el Ministerio de Educación de la Nación y aprobados recientemente por todas las provincias. En la reunión de ministros se escucharon voces muy resistentes a esa perspectiva de países como Jamaica y Belice, donde la homosexualidad está penalizada. También Nicaragua puso objeciones. Finalmente, todos firmaron. “Las metas planeadas están bastante cumplidas en la Argentina. La mitad de países de Latinoamérica y el Caribe no tienen legislación sobre educación sexual y salud sexual y reproductiva. Nuestro país está dentro del otro 50 por ciento. Nuestro compromiso es lograr que en la soledad de todas las aulas del país se imparta educación sexual”, destacó Sileoni, al ser consultado por PáginaI12 al finalizar el encuentro, ayer por la tarde.
“La ignorancia genera muerte. El conocimiento, la información, emancipa, para que cada uno conduzca sus actos de acuerdo a su voluntad”, consideró el viceministro en relación a las herramientas que pueden adquirir adolescentes y jóvenes al recibir educación sexual integral. No sólo para prevenir el VIH. “Para nosotros es tal vez más grave el problema de embarazo en chicas menores de 18 años.” En ese sentido, reveló que un estudio realizado entre madres jóvenes del país encontró que casi 9 de cada 10 son a su vez hijas de mujeres que también se embarazaron antes de esa edad. “Hay que cortar con ese círculo. El 47 por ciento de esas chicas iba a la escuela, pero de ellas, el 95 la dejó con el embarazo”, subrayó el ministro.
La educación sexual
En la apertura de la cumbre de ministros de Salud y Educación, la directora ejecutiva del Fondo de Población de Naciones Unidas, Thoraya Obaid, señaló que la “educación sexual no sólo mejora la calidad de la educación, sino que también promueve la igualdad de género, mejora la salud materna e infantil y nos acerca al logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio y del acceso universal a la salud reproductiva y la prevención del VIH”. Según el último informe de Onusida, conocido esta semana, sólo el 40 por ciento de los varones y el 38 por ciento de las mujeres, entre 15 y 24 años de edad, tenía información sobre VIH y cómo protegerse ante el virus.

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-108924-2008-08-02.html

FECHA: 2/AGOSTO/2008
Enviado por el amigo Carlos Iñón